La tenista valora su capacidad de adaptarse a un juego en el que cada vez se pone mayor énfasis en la potencia.
La tenista grancanaria Carla Suárez, que se acaba de retirar de la actividad deportiva, afirma que en el momento de la marcha prefiere quedarse con “el cariño de la gente”. Afirma que, tras muchos años en el circuito, siempre ha sentido ese apoyo, pero reconoce que se ha intensificado en el último año. Afirma sentirse contenta de haber podido elegir el momento y la forma de abandonar la actividad.
Más potencia y más exigencia
Sobre el estilo actual del tenis, Suárez afirma que los tiempos evolucionan y hoy se busca más la potencia. Afirma que, al tener menos palanca, ha tenido que jugar de otra manera, anticipándose a las acciones de las rivales. En ese sentido siente que ha sido una jugadora “diferente”. No obstante, apunta que el énfasis en la potencia es “una pena” porque “se pierde un poco la esencia del tenis”, pero señala que, por suerte, hay mucha variedad.
Sobre la presión en el deporte de élite, afirma que siempre ha existido, pero que cada persona es diferente “y unos saben llevarlo mejor y otros peor”. Afirma que desde distintos ámbitos, en particular desde las redes sociales, se genera la exigencia de ganar todo el tiempo “y si no ganas, es un fracaso”. Considera que la competitividad ha subido mucho, “y hay cada vez más en juego”.
Al tenis “por casualidad”
Señala que se dedicó al tenis por “casualidad” porque lo que le gustaba era el baloncesto. Sin embargo, al anunciarse como actividad extraescolar el tenis, se decidió a intentarlo. Tenía entonces nueve años de edad.
Desde entonces considera que ha logrado lo que se ha propuesto, pero tiene la “espinita” de no haber podido lograr llegar a una semifinal del grand slam. Ahora quiere “descansar y desconectar” porque “son muchos años viajando”.