Humberto Hernández: “Hay que usar los canarismos con naturalidad, ni evitarlos ni forzarlos”

Humberto Hernández | ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA

Humberto Hernández | ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA

El presidente de la Academia Canaria de la Lengua señala que la expresión "canariedad" ya figura en los estatutos de la institución desde 1999.

Humberto Hernández, presidente de la Academia Canaria de la Lengua, llama a usar los canarismos con “naturalidad”: “No hay que evitarlos ni que forzarlos”, buscando “su armonía con la situación comunicativa”. A este respecto, una expresión, como “totizo”, que puede ser adecuada en un ambiente coloquial, puede ser contraproducente en un contexto social más formal.

La “canariedad”

El académico considera muy interesante el debate social que se ha creado entorno a la introducción de la palabra “canariedad” en el diccionario de la Real Academia Española (RAE): “Lo sigo con interés y con alegría, porque por lo menos se habla de la lengua”. No obstante, le ha producido cierta extrañeza, “porque la palabra ya existe y se usa”. Así, señala que en los estatutos de la Academia Canaria figura desde 1999 y aparecerá en la próxima edición del diccionario: “Hay un empeño en que se incluya en el diccionario de la RAE y no tiene porqué haber ese empeño, porque no están obligados a incluir canarismos”. Menciona que, por el contrario, sí figura en el diccionario de español usual de Manuel Seco.

“El problema es de ellos”

Hernández afirma que si una palabra se usa y no está en el diccionario de la RAE, “el problema es de ellos [los académicos]”, porque las personas la van a seguir usando: “La lengua es la institución más democrática que existe y en ella tenemos voz y voto todos los hablantes”. 

A la pregunta de si es posible que algunas palabras salgan del diccionario por haber caído en desuso, recuerda que la presencia en el diccionario es necesaria para mantener el rastro de las expresiones que se han perdido. Afirma que las palabras que están en el diccionario no se pueden usar irreflexivamente, sino siguiendo las modalidades de uso, por lo que no ve sentido en usar “can” en vez de “perro” en las expresiones convencionales.