El exministro y expresidente del Gobierno canario critica el intervencionismo estatal y la maraña burocrática que tienen las islas.
“No cabe otro sistema económico en Canarias” dice el exministro y expresidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra, en referencia a la industria turística de la que vive fundamentalmente Canarias. El veterano político socialista, que está a punto de cumplir 84 años, tiene claro que no es momento de hacer experimentos, ni de cambiar el monocultivo turístico, “la alternativa es recuperar el turismo y mantener los subsectores que lo complementan”.
Dice Saavedra que, a pesar de su edad, “me sigue preocupando el futuro, me preocupa la juventud”. Y por eso cree que hay que aprender la lección que nos dejó la crisis económica de 2008, “la brecha salarial”. En 2012 el PP hizo una reforma laboral, dice Saavedra, que establecía una prevalencia de los convenios de empresas sobre los del sector, “y ahora no se puede volver a la situación anterior sino corregirla”.
“Atractiva para el inversionista”
A pesar de su clara apuesta por potenciar el sector turístico como motor de la economía el expresidente del Gobierno canario cree que la solución de las islas, pasa por que “no sea sólo atractiva para el turista sino para el inversionista”. Y en este punto el exministro, el expresidente, el exalcalde de la capital grancanaria y el exdiputado del Cómún, un hombre que lo ha sido prácticamente todo en Canarias y a nivel estatal, señala que uno de los principales males de las islas es que “tenemos la región más intervenida por el Estado”, no puede ser, dice Saavedra, que “estemos doce años para construir, por ejemplo, un puerto deportivo”.
La maraña burocrática de leyes en las islas y “la complejidad de la legislación tan intervencionista en Canarias” hacen que todas las iniciativas empresariales se ralenticen y eternicen en el tiempo. Saavedra pone como ejemplos la construcción de puertos, cuya aprobación depende de la Ley de Costas y por lo tanto del Estado, pero también de las iniciativas industriales que tratan de implantarse en un polígono industrial y se topan con “un precio del metro cuadrado superior al de otras ciudades”, o que, “un pliego de condiciones para hacer una carretea tarde 6 meses”.
“Ni puta idea”
Jerónimo Saavedra cree que los momentos de crisis económica son buenos para la inversión de capitales y por eso es necesario facilitarlas.También apuesta por incrementar los impuestos a los ciudadanos para equipararlos a la media europea, “España no puede tener una presión fiscal un 5 por ciento inferior al resto de Europa”.
El expresidente del Gobierno canario habla también en esta entrevista de la crisis de gobierno derivada de la destitución y dimisión de dos consejeras del Gobierno, la de Sanidad y la de Educación. Asegura que no sabe nada de los recambios, “ni puta idea”, dice de forma explícita Saavedra, “nadie me ha pedido asesoramiento”, aunque se congratula de que en el Ejecutivo puedan nombrar a un nuevo “Saavedrista”, después de que Sebastián Franquis o Julio Pérez tengan el honor de haber sido bautizados con ese apellido.
Sí se muestra Saavedra crítico con el PSOE de Canarias cuando asegura que “ha perdido su signo de identidad en Canarias” y está infectado, añade, del “virus del insularismo” para el que hay que buscar una vacuna. “No es posible que los socialistas de todas las islas no se conozcan personalmente, o que haya que repartirse los cargos en función de los territorios. Eso es para Coalición Canaria, no para el partido socialista”, dice Jerónimo Saavedra.
“Fue Martín Paredes”
Sobre las diferentes versiones que se han estado debatiendo en los últimos tiempos en esta sección de El Espejo Canario sobre cómo se precipitó la moción de censura conrta Jerónimo Saavedra en 1993, el dirigente socialista asegura que sólo conoce la que establece que fue “el legionario” Martín Paredes, un hombre de confianza de los insularistas que provenía de Fuerteventura, el que trajo a los diputados de Lanzarote, Honorio García Bravo y Antonio Cabrera desde Madrid hasta Tenerife para que pudiera prosperar el voto de censura en el Parlamento de Canarias que dio la Presidencia a Manuel Hermoso.
Esa es la teoría que sostiene Saavedra, el hombre afectado por la censura y la traición de su socio de gobierno, Manuel Hermoso, y además es “lo que he oído de unos de los transportados en aquella avioneta” en la que Martín Paredes trajo, algunos dicen que bajo amenazas, a los diputados conejeros del PIL de vuelta a las islas para que sus votos dieran la mayoría necesaria para que a la postre Saavedra perdiese la Presidencia del Gobierno de Canarias.