Su vicepresidente, Rafael Pombriego, insiste en que quien interprete la medida como una consolidación indefinida del vehículo de combustión «está equivocado»
El vicepresidente de FREDICA, Rafael Pombriego, valora de forma positiva la decisión de la Unión Europea de flexibilizar el calendario para la prohibición de los vehículos de combustión más allá de 2035. Afirma que la medida supone «un balón de oxígeno» para la industria automovilística europea, que gana tiempo para adaptar su producción y afrontar una transición «más pausada», en un contexto marcado por la fuerte competencia de fabricantes asiáticos y estadounidenses.
Flexibilidad con condiciones
Pombriego matiza que no se trata de una liberalización total. Explica que esa mayor flexibilidad está condicionada a que los fabricantes compensen las emisiones con otras exigencias, como el uso de acero verde o el impulso de motores capaces de funcionar con biocombustibles y combustibles sintéticos. En ese sentido, insiste en que quien interprete la medida como una consolidación indefinida del vehículo de combustión «está equivocado», ya que el objetivo último sigue siendo la descarbonización.
Europa, a contrarreloj frente a la competencia exterior
El vicepresidente de FREDICA señala que la decisión responde también a la desaceleración en la demanda del vehículo eléctrico y a un cierto retraso tecnológico de la industria europea frente a nuevos operadores. Según explica, el margen adicional permitirá a los fabricantes europeos reorganizarse, ganar competitividad en determinados nichos de mercado y afrontar la transición energética sin perder peso industrial ni empleo.
Un impacto relevante en el mercado canario
En el caso de Canarias, Pombriego subraya que la prórroga puede ser especialmente significativa. Recuerda que el archipiélago cuenta con un parque móvil envejecido y una menor capacidad económica que otros territorios, lo que dificulta una renovación rápida hacia vehículos eléctricos. Esta «neutralidad tecnológica», dice, permitirá mantener durante más tiempo una oferta más amplia y precios más accesibles para los consumidores.
A corto plazo, más opciones; a medio, menos combustión
El representante del sector anticipa que, a corto plazo, los compradores podrán seguir accediendo a vehículos de combustión a precios razonables. Sin embargo, advierte de que, a medio plazo, la normativa europea obligará a incrementar la venta de híbridos y eléctricos. «El futuro está atrasado, pero no cambiado», resume, y no descarta que en una década los vehículos de combustión acaben siendo más caros por la reducción de la oferta y las exigencias de emisiones.
Tranquilidad para consumidores y fabricantes
Pombriego considera que la decisión europea puede reducir la incertidumbre del comprador, al clarificar que el vehículo de combustión seguirá siendo una opción durante los próximos años. Al mismo tiempo, cree que aporta tranquilidad a los fabricantes, que disponen de un marco menos abrupto para planificar inversiones y cambios tecnológicos, sin renunciar al objetivo común de una movilidad progresivamente descarbonizada.