El SCS refuerza el programa para que «dejar de fumar no sea un proceso doloroso»

Campaña anti-tabaco del Gobierno de Canarias

Campaña anti-tabaco del Gobierno de Canarias

El responsable del Programa de Prevención y Control de Tabaquismo de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS), Antonio Torres Lana, explica que el Programa de Ayuda al Fumador de Canarias (PAFCAN).

El responsable del Programa de Prevención y Control de Tabaquismo de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS), Antonio Torres Lana, explica que el Programa de Ayuda al Fumador de Canarias (PAFCAN), integrado ahora en la campaña «Canarias respira contigo», permite ofrecer a cualquier persona que fuma en las islas un tratamiento actualizado, con fármacos financiados y seguimiento profesional, «para que dejar de fumar no sea un proceso incómodo, con ansiedad o con aumento de peso». Recuerda que el programa funciona desde 2014 en Canarias y que se ha ido adaptando a las incorporaciones de la cartera estatal de servicios para mantener «los mecanismos farmacológicos más actualizados». 

Tratamiento doble: fármacos y apoyo profesional

Torres Lana señala que PAFCAN tiene dos vertientes: por un lado, «poner a disposición del fumador los fármacos de primera línea» y, por otro, «formar y actualizar a los profesionales sanitarios» para que acompañen al paciente durante varios meses. «Cuando uno quiere dejar de fumar, acude a sus profesionales sanitarios, sobre todo en atención primaria», dice, y subraya que ya no es necesario pasar por un síndrome de abstinencia duro porque «tenemos fármacos que quitan los síntomas y profesionales que saben cómo usarlos». El objetivo es que la persona sea acompañada desde el momento en que toma la decisión hasta que consigue mantenerse sin tabaco. 

«O se fuma o no se fuma»

El responsable del programa insiste en que el paso decisivo es la decisión personal: «nadie deja de fumar si no quiere». A partir de ahí, los primeros días pueden ser más exigentes porque el fumador echa en falta la nicotina —«una persona que fuma 20 cigarrillos hace 140 o 160 caladas al día», recuerda—, pero ese periodo se controla con medicación y con pautas psicológicas. Advierte de que la reducción a pocos cigarrillos «casi nunca funciona»: «básicamente, o se fuma o no se fuma», afirma, porque el tabaco contiene «7.500 sustancias tóxicas» y mantener el hábito, aunque sea mínimo, mantiene también la dependencia. 

Vapeadores también bajo control

Torres Lana aclara que el programa incluye a quienes consumen cigarrillos electrónicos o vapeadores con nicotina. «Por supuesto, están incluidos», dice, porque en España la mayoría de usuarios hace un consumo combinado: vapea cuando no puede fumar y fuma cuando está al aire libre. Señala que los mismos fármacos que se emplean para dejar el tabaco sirven para tratar la dependencia a la nicotina de los vapeadores y rechaza la idea de esperar décadas para saber sus efectos: «lo que no podemos permitirnos es el lujo de esperar 30 años para ver qué efecto tiene la sustancia del vapeador en el cuerpo humano». 

Una decisión valiente y un objetivo a largo plazo

El responsable del SCS califica de «acto valiente» decidir dejar de fumar y anima a acudir al centro de salud «igual que cuando uno tiene cualquier otro problema». Recuerda que la intervención breve de los profesionales —el sistema de las 5A, preguntar, aconsejar, acordar, ayudar y acordar seguimiento— está demostrada como eficaz, pero que la mayor efectividad se consigue combinando fármacos y terapia cognitivo-conductual durante 3 a 6 meses, hasta que la persona «deja de pensar como fumador». «La clave es que se puede dejar», concluye.