Cruz Roja impulsa «De mayor quiero ser mayor» para unir generaciones

Cartel de la campaña

Cartel de la campaña

La técnica del Programa de Personas Mayores, Raquel Sáez, señala que se trata de derribar prejuicios sobre la vejez a través de mensajes sencillos, acciones locales y presencia en redes sociales.

La técnica del Programa de Personas Mayores de Cruz Roja, Raquel Sáez, presenta «De mayor quiero ser mayor», una campaña nacional que busca reconectar a jóvenes y mayores y derribar prejuicios sobre la vejez a través de mensajes sencillos, acciones locales y presencia en redes sociales. «La pregunta clave sería “¿qué quieres ser de mayor?” y la respuesta es sencilla pero poderosa: “de mayor quiero ser mayor”», dice, subrayando que el objetivo es «construir puentes» en una sociedad envejecida donde las generaciones «a veces están desconectadas». 

Sáez explica que la iniciativa se despliega en todo el territorio con piezas en TikTok, Instagram y Facebook, y se acompaña de acciones presenciales adaptadas al contexto de cada asamblea local. «Este año el compromiso con las personas jóvenes es clave», afirma, al defender su papel como altavoz para «mejorar las condiciones que nos vienen en un futuro». 

Puentes entre generaciones

La estrategia se apoya en dinámicas intergeneracionales: preguntas del día a día para que jóvenes y mayores contrasten perspectivas y comprueben que «muchas veces la visión es muy parecida, solo que la del mayor está basada en la experiencia». La meta es «romper estereotipos» y visibilizar que la vejez no es «una etapa de pérdida», sino de derechos, participación y plenitud. «Las personas mayores también tienen ilusiones, compromisos e incertidumbres; se enamoran y tienen ganas», afirma. 

Siete proyectos en tenerife

En Canarias, el programa atendió alrededor de 11.000 personas el año pasado y, en Tenerife, Cruz Roja trabaja con siete proyectos que abarcan soledad no deseada, apoyo a personas cuidadoras, envejecimiento saludable y ayuda a domicilio complementaria, entre otros. La atención se concreta en «acompañamiento a domicilio para saber cómo está la persona y apoyarla en actividades de la vida diaria» y en visitas presenciales para quienes sufren aislamiento. 

Talleres para salud y socialización

La oferta incluye talleres de competencias básicas (movilidad, yoga), actividades en silla, pintura, expresión emocional y propuestas para «evitar el deterioro cognitivo» y entrenar «habilidades de motricidad fina y gruesa», además de encuentros de ocio entre asambleas locales. «Se crean espacios muy chulos y muy seguros», resume Sáez, que destaca incluso reencuentros familiares «posibles gracias a una actividad». 

Contra la soledad no deseada y el edadismo

El corazón del programa es combatir la soledad no deseada y el edadismo. «Muchas veces se intenta invisibilizar la opinión de las personas mayores», advierte. Las dinámicas de grupo, los juegos de mesa y la conversación «sirven para abrir miradas» y recordar que «todas y todos vamos a llegar» a esa etapa. «Se debería tratar la vejez de forma inclusiva, asegurando acceso a derechos y una mirada libre de prejuicios», sostiene. 

La campaña promueve que las personas jóvenes actúen como «agentes de cambio», difundiendo mensajes y participando en voluntariado para conocer «de primera mano» la realidad de la vejez. «Darles ese altavoz y ese empoderamiento es fundamental» para avanzar hacia «una sociedad más equitativa», señala Sáez. 

Coordinación territorial

El trabajo se articula en red entre las asambleas locales de Cruz Roja, que comparten ideas y programan actividades conjuntas, como bailes o celebraciones del Día de las Personas Mayores. «Hay muy buenas relaciones en ese sentido y lo llevamos haciendo ya unos meses», dice, al destacar la continuidad de una línea de trabajo que arrancó con la campaña contra el abuso y maltrato a las personas mayores. 

Sáez insiste en replantear el imaginario social: «La vejez no es “ya está”, es una etapa más de la vida», que debe vivirse «con dignidad, respeto y oportunidades». Los proyectos muestran que, con apoyos adecuados, «se sigue aprendiendo y disfrutando», y que la proximidad —acompañar, escuchar, compartir— cambia biografías y barrios.