El CEO de Drakhar Studio vuelve de la Tokyo Game Show con la sensación de que «las semillas plantadas» empiezan a germinar.
El CEO de Drakhar Studio, Luis Torres, vuelve de la Tokyo Game Show con la sensación de que «las semillas plantadas» empiezan a germinar. Habla de agendas apretadas, reuniones con interés «real» y del siguiente paso inmediato: una misión inversa de compañías niponas que viajarán a Canarias «entre el 20 y el 24» para conocer estudios, oficinas y equipos. «El balance es muy positivo», resume; «notabas que no era perder el tiempo».
Torres participa por segundo año consecutivo en la feria: en 2024 ya «consiguieron algunas cosillas» y en 2025 repiten para consolidar relaciones. Explica que el retorno de estas citas «se ve con el tiempo»: primero «siembras», luego «riegas» durante semanas o meses y, si todo va bien, «crece» la colaboración en forma de proyectos y contratos.
Doble de empresas canarias y contactos de calidad
El ejecutivo destaca que, en esta edición, el interés por Canarias se eleva con una delegación isleña más numerosa y con agendas B2B que evitan reuniones «de compromiso». «Muchísimas empresas japonesas reunidas con las empresas canarias… realmente notabas que no era perder el tiempo», insiste, convencido de que el viaje de ida —«20 horas volando»— se verá correspondido con el de vuelta de los potenciales socios.
Del dicho al hecho: misión inversa en octubre
Para «aterrizar» las promesas, Drakhar y otros estudios esperan «entre el 20 y el 24» a «una delegación de empresarios japoneses» que validará sobre el terreno lo presentado en Tokio: «que aquí hay una industria, que hay oficinas, que hay cursos de trabajo y que hay gente trabajando». Esa visita —explica Torres— es «el siguiente pasito» para convertir el interés en acuerdos.
Apoyo institucional y efecto arrastre
Torres vincula el momento del sector al trabajo conjunto con la Administración. «Temas de formación… se han ido solucionando con el apoyo de las administraciones, dando cursos», señala, en un contexto donde la atracción de inversiones y la promoción exterior se combinan con la capacitación local.
Fundada en 2011 en Madrid, Drakhar decide en 2019 trasladar su sede a Tenerife «cuando éramos nueve personas». «A nivel empresarial, la mejor decisión que hemos tomado fue el trasladarnos en 2019 a Tenerife», afirma. Desde entonces, el estudio pasa «de 9 a 35» empleados, con crecimiento «meteórico» en «puestos de trabajo, proyectos y facturación», hasta alcanzar «varios millones» al año con clientes internacionales.
El mayor cuello de botella está en la captación de programadores: «es una dificultad no solamente canaria, sino en todo el sector… en España y en el resto de Europa». A la alta demanda se suma un problema «que no solo es de Canarias»: la vivienda. «Traer gente de la península se complica… el precio de la vivienda va creciendo», explica. En lo positivo, «la idea de venir a Canarias» suele ser «muy bien recibida» por calidad de vida y conectividad.
Talento canario que escala
Torres defiende que el ecosistema local ha madurado con rapidez y que «se vive muy bien» en las islas, un factor que ayuda a retener talento y a atraer perfiles senior. En salarios, sitúa la horquilla «desde 21 mil euros brutos anuales, gente que acaba de entrar, hasta 45, 50 y 60 mil gente que está muy top», en línea «con el resto de España».
Un mercado mayor que las industrias culturales tradicionales
Como marco, recuerda la dimensión global del videojuego: «posiblemente sea el sector más importante [en arte y entretenimiento] a nivel mundial» y «a día de hoy, el videojuego factura más que televisión, música y literatura juntos». Ese tamaño explica que ferias como la de Tokio sean «claves» para abrir puertas y que la misión inversa de octubre pueda traducirse en nuevos contratos.
Mirando a los próximos meses
Con la experiencia acumulada —dos ediciones seguidas de la Tokyo Game Show—, Drakhar y el resto de la delegación canaria encaran ahora las semanas «de riego», afinando propuestas y preparando la visita nipona. Si el calendario acompaña, el otoño dejará una primera foto concreta de acuerdos y una confirmación de que el videojuego canario ya no es promesa, sino una realidad en expansión.