➤ «El turismo ha aumentado año tras año, pero no ha crecido la renta per cápita» ➤ «Las movilizaciones ciudadanas reflejan un descontento real que debe ser escuchado» ➤ «Debemos diversificar hacia actividades sostenibles como innovación, agricultura o audiovisual»
El catedrático de Economía Aplicada y Métodos Cuantitativos de la Universidad de La Laguna, Serafín Corral, afirma que el modelo turístico de Canarias atraviesa una «encrucijada histórica» que obliga a repensar su futuro. Advierte que la dinámica actual, basada en un crecimiento continuado del número de visitantes, amenaza con provocar un colapso ecológico, social y energético en el archipiélago
Un turismo de masas con más impacto y menos beneficio
Corral sostiene que, aunque cada año llegan más turistas, «la renta per cápita no ha aumentado» y el bienestar social tampoco ha mejorado en paralelo. Explica que el turismo actual, más dinámico y móvil que el de décadas pasadas, «consume muchos más recursos naturales e impacta más en la sociedad». Por ello, defiende un cambio de rumbo hacia un turismo «de menor número, más integrado y sostenible»
Desigualdad y malestar social
El economista subraya que los ingresos que genera el turismo no se reparten de forma equitativa. «Es una actividad muy rentable, pero hay que preguntarse: ¿retorno para quién?», señala. Considera que la creciente desigualdad está detrás de las movilizaciones ciudadanas contra el impacto del sector: «No hablamos de unos pocos ecologistas, sino de una gran variedad de ciudadanos que expresan su descontento»
Diversificar la economía insular
Corral recuerda que Canarias ha perdido sectores como la agricultura y la ganadería, que aportaban cohesión social. Aboga por recuperar actividades sostenibles y apostar por nichos tecnológicos, innovación en agua y energía, y el desarrollo de industrias como la audiovisual o la astronómica. «No se trata de volver a monocultivos, sino de utilizar el territorio para algo más que el turismo», afirma
Límites físicos y lecciones de la pandemia
El catedrático insiste en que el crecimiento turístico no puede ser infinito en un territorio insular. «No tenemos recursos. Hablemos de energía, agua o territorio: no podemos crecer exponencialmente», advierte. La pandemia, añade, demostró la fragilidad de una economía «difícilmente adaptable» y demasiado dependiente de un único sector. «En apenas unos días toda nuestra economía se desmoronó», recuerda
Mirar al futuro
Para Corral, el aprendizaje debe pasar por reformar la educación y la formación, orientándolas a nuevos sectores capaces de generar empleo y conocimiento transferible. «La prosperidad no depende solo del turismo, sino de elementos sociales y ambientales intangibles que determinan tanto o más que la renta», concluye.