Pablo Juárez del Dago, jefe de servicio de urología en Hospitales Universitarios San Roque, nos recuerda que en sus fases iniciales, el cáncer de próstata no ofrece síntomas.
Cada 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Prostática, una jornada destinada a concienciar sobre la necesidad de acudir al urólogo incluso cuando no existen síntomas aparentes. La fecha busca sensibilizar sobre enfermedades frecuentes como la hiperplasia benigna de próstata o el cáncer de próstata, una de las patologías oncológicas más comunes entre los hombres.
La próstata y su impacto en la calidad de vida
Pablo Juárez del Dago, jefe de servicio de urología en Hospitales Universitarios San Roque, director de la Unidad de Cirugía Robótica y fundador y ceo de Urología, Innovación y Tecnología (Urointec), nos recuerda que la glándula prostática desempeña un papel clave en la salud masculina. Sus alteraciones pueden traducirse en síntomas que afectan a la vida cotidiana: necesidad de orinar con frecuencia, chorro urinario débil o entrecortado, sensación de urgencia o dificultad para iniciar la micción. Estos problemas, frecuentes en la hiperplasia benigna, deterioran progresivamente la calidad de vida.
El cáncer de próstata, sin embargo, presenta un desafío añadido: en sus fases iniciales no ofrece síntomas. Por eso, los especialistas insisten en la importancia de la prevención. La detección precoz aumenta de manera decisiva las posibilidades de tratamiento curativo y evita complicaciones graves.
A partir de los 45 años, controles regulares
La recomendación general de los urólogos es que los hombres comiencen a acudir a revisiones a partir de los 45 años, aunque no presenten molestias. En estas consultas, indica Juárez del Dago, no solo se examina la próstata, sino que se realiza un chequeo completo de la salud del paciente: estado hormonal, análisis de sangre, función renal y vesical, entre otros. Igual que las mujeres acuden al ginecólogo de forma periódica, se busca que los varones normalicen la visita anual al urólogo.
En algunos casos, la analítica puede mostrar un nivel elevado de PSA (antígeno prostático específico), una proteína que requiere seguimiento. Aunque no siempre indica cáncer, es motivo suficiente para acudir sin demora al especialista.
Síntomas que no deben ignorarse
Más allá de las revisiones rutinarias, existen señales que alertan de un posible trastorno prostático y que deben motivar una consulta inmediata: levantarse varias veces por la noche para orinar, tener que localizar baños con urgencia al salir de casa, experimentar pérdidas de control o incluso incapacidad para orinar. Detectar estas situaciones a tiempo puede evitar complicaciones y mejorar de forma significativa la salud, señala Juárez del Dago.
Avances en los tratamientos
La urología ha experimentado un gran desarrollo en los últimos años. Hoy la cirugía robótica permite tratar el cáncer de próstata con una intervención mínimamente invasiva que mejora las tasas de curación y reduce al mínimo las secuelas en continencia urinaria y función sexual. Además, técnicas como la cirugía láser o el vapor de agua ofrecen soluciones eficaces y poco agresivas para la hiperplasia benigna de próstata.
Un mensaje de prevención
Juárez del Dago subraya que acudir al urólogo no debe asociarse al miedo, sino a la prevención y el cuidado personal. La detección precoz y los tratamientos actuales permiten mantener la calidad de vida y asegurar un futuro más saludable. El Día Mundial de la Salud Prostática recuerda que la visita anual al especialista es un gesto sencillo que puede salvar vidas.