Cada verano se dispara el abandono de animales exóticos

Centro de Recuperación de Animales Salvajes de la Fundación Neotrópico | Foto: Fundación Neotrópico

Centro de Recuperación de Animales Salvajes de la Fundación Neotrópico | Foto: Fundación Neotrópico

El director de la Fundación Neotrópico, Jaime De Urioste, advierte del repunte estival de abandonos y del incremento del tráfico ilegal de especies.

Con la llegada del verano, los centros de acogida de animales afrontan una de sus temporadas más difíciles. Para la Fundación Neotrópico, especializada en fauna exótica, el periodo estival se traduce en un aumento notable de ingresos y abandonos, especialmente de especies adquiridas sin el conocimiento ni la responsabilidad que requieren. «Desgraciadamente, en verano vemos un repunte claro. Muchos propietarios se desentienden de sus mascotas exóticas», lamenta Jaime De Urioste, director de la fundación.

En lo que va de año, la entidad ha recibido más de 410 ejemplares, lo que eleva a unos 2.700 el número total de animales bajo su custodia. «Y no hablamos de perros o gatos —aclara Durioste—. Hablamos de iguanas, serpientes, guacamayos, tarántulas, escorpiones, tortugas y hasta invertebrados procedentes de todo el mundo».

Una fauna tan diversa como inabarcable

La Fundación Neotrópico gestiona un centro de recuperación que acoge animales intervenidos por las autoridades, abandonados por sus dueños o localizados en la naturaleza. Aunque no trabajan con animales domésticos ni urbanos, sí reciben ejemplares de casi todos los grupos taxonómicos: aves, mamíferos, reptiles y artrópodos, entre otros.

En sus instalaciones conviven animales de más de cien países, una realidad que supera con creces los objetivos iniciales de la entidad, concebida originalmente para ocuparse de la fauna del neotrópico americano. «Hoy tenemos animales de Asia, África, Europa, Oceanía…», resume su director.

El tráfico ilegal no cesa

Según explica De Urioste, la colaboración entre Fundación Neotrópico y los cuerpos policiales ha permitido participar en 26 operaciones en los últimos dos años. Sin embargo, el fenómeno sigue creciendo. «El tráfico de animales exóticos está entre los tres primeros negocios ilegales del mundo, junto al de armas y el de drogas», advierte.

«A veces se usan las mismas rutas y medios de transporte para introducir especies en Canarias que para mover narcóticos», señala. «Y aunque los controles mejoran, siempre se cuela algo en puertos o aeropuertos».

Las especies más incautadas en estas operaciones incluyen reptiles, aves y artrópodos, muchos de ellos potencialmente peligrosos o portadores de enfermedades. «El problema no es solo ecológico —matiza De Urioste—, también es sanitario y ético».

Qué ocurre tras la intervención

El protocolo de la fundación establece una cuarentena inicial, con análisis coprológicos y hematológicos para valorar el estado de salud de cada ejemplar. Los animales que pueden ser reintroducidos en la naturaleza son liberados. Otros son reubicados en centros de recuperación en Europa. Los que no tienen salida viable permanecen en las instalaciones de la fundación en régimen de depósito permanente.

«Nosotros no sacrificamos animales. Nuestra política es de sacrificio cero. Hay animales que llevan aquí desde los años ochenta», afirma el director. «Somos custodios de estos ejemplares, pero su titularidad corresponde al Estado, que decide su destino final».

Una labor con proyección internacional

La Fundación Neotrópico colabora con el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Ministerio de Transición Ecológica, además de recibir encargos de comunidades autónomas e incluso países europeos. «Hemos recogido animales en Madrid, en Barcelona, y también desde el extranjero», precisa De Urioste.

Además de su función de acogida, Neotrópico realiza una importante labor formativa. Actualmente cuenta con 32 trabajadores, entre los que hay veterinarios, biólogos y técnicos especializados en el cuidado de fauna exótica. La mayoría ha pasado por un ciclo formativo de once meses en colaboración con el Servicio Canario de Empleo y el Ministerio de Trabajo. Muchos de ellos han encontrado trabajo en zoológicos, reservas naturales y centros de rescate por toda Europa.

Un llamado a la responsabilidad

Para De Urioste, la clave está en evitar la adquisición irresponsable de animales exóticos. «Muchas personas los compran sin pensar en lo que implica su cuidado a largo plazo. Cuando llega el verano, los problemas se agravan». Por ello, insiste en la necesidad de informar, educar y aplicar con firmeza la normativa sobre tenencia y comercio de estas especies.

La Fundación Neotrópico se ha convertido en un actor indispensable para la protección de la biodiversidad y el control del tráfico de fauna en Canarias. Su director, sin embargo, concluye con humildad: «Nosotros no somos dueños de nada. Solo estamos aquí para cuidar de ellos hasta que puedan volver a su hábitat o encontrar un lugar seguro donde vivir».