El Clúster Marítimo de Canarias estrena un documental sobre la memoria pesquera

Un País de Mar | Clúster Marítimo de Canarias

Un País de Mar | Clúster Marítimo de Canarias

Adelina de la Jara y Cristina Fariña, técnicos de proyectos del CMC, señalan que se trata de un legado para los más jóvenes: «Queremos que las nuevas generaciones conozcan ese pasado industrial vinculado al mar».

El Puerto de La Luz y de Las Palmas fue durante décadas uno de los referentes internacionales de la pesca industrial. Aquella etapa de esplendor, que llegó a reunir simultáneamente a barcos de más de 37 países, será rescatada en el documental «Testigo», una obra impulsada por el Clúster Marítimo de Canarias dentro del proyecto «Un país mejor», financiado por el Ministerio de Industria y Turismo.

El documental se presentará el 11 de septiembre, a las 19:00 horas, en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria. La asistencia será por invitación, aunque cualquier persona interesada puede solicitar su acreditación escribiendo a la dirección de correo del Clúster.

Memoria viva de la pesca industrial

Según explica Adelina de la Jara, técnico de proyectos del Clúster Marítimo de Canarias, «Testigo» nace como parte de la Ruta Nacional Accesible e Inclusiva de Experiencia de Turismo Industrial Marítimo Pesquero. En este marco, el documental busca preservar «el legado histórico de la industria pesquera en Canarias» y, en especial, el protagonismo que tuvo el puerto de Las Palmas en ese proceso.

La película reúne los testimonios directos de trabajadores y responsables del sector que vivieron de primera mano el auge —y el posterior declive— de la pesca industrial en el Archipiélago. «Los protagonistas no son analistas ni expertos: son quienes trabajaron, vivieron y a veces también sufrieron aquella época», afirma Cristina Fariña, también técnico del Clúster y responsable de la investigación histórica.

De la pesca a la historia oral

El documental se estructura en torno a entrevistas en profundidad con ocho personas clave: tres armadores, un consignatario, una historiadora, y otras figuras que jugaron un papel central durante esas décadas. Entre ellos destaca José Ramón Fontán, participante directo en las negociaciones con países como Mauritania y Marruecos, en las que se decidía el futuro del sector pesquero canario.

«He vivido esas negociaciones casi como si estuviera sentada en la mesa», confiesa Fariña, impresionada por la fuerza de los relatos y por la calidad del material recogido, que supera las dos horas por entrevista. «No se trata de un documental de cifras, sino de lo que estas personas nos han contado: lo que vivieron, lo que sintieron, cómo lo recuerdan».

En paralelo a este trabajo testimonial, el Clúster ha desarrollado la marca «Un país de mar», que servirá como paraguas para otras iniciativas de difusión y promoción vinculadas a la industria pesquera en Canarias y en otras regiones de España.

Un espejo para las nuevas generaciones

Tanto Fariña como de la Jara subrayan el valor pedagógico y emocional de este trabajo. «Decimos siempre que vivimos de espaldas al mar, y eso es algo que queremos cambiar. Conocer de dónde venimos es fundamental para proyectar el futuro», señala de la Jara: «Este documental no solo es un archivo de recuerdos, también es una herramienta para despertar vocaciones. Queremos que los jóvenes descubran que en el mar puede estar su futuro».

Aunque en la actualidad la pesca industrial ha desaparecido del Puerto de Las Palmas, subsiste una importante actividad pesquera artesanal, articulada a través de las cofradías y los grupos de acción costera. En este nuevo contexto, recuperar la memoria del pasado adquiere un valor estratégico para el desarrollo de la economía azul en Canarias.

Historias que no deben olvidarse

En su trabajo de campo, Cristina Fariña se ha topado con múltiples sorpresas. Desde relatos de espionaje industrial vinculados a la empresa Sobispan, de capital ruso-español, hasta anécdotas personales que retratan una época difícilmente repetible. «Hay aspectos que me impresionaron profundamente», admite, sin querer desvelar demasiado. «Solo puedo decir que hay muchas historias que merecen ser conocidas».

Ambas técnicas coinciden en que el esfuerzo merece la pena. «Si somos capaces de sentarnos ante la pantalla para ver una serie de Netflix, no podemos dejar pasar un documental como este», afirma de la Jara. «Es parte de nuestra historia, de nuestra ciudad, y de nuestro presente».