Lluís Serra Majem: «Las universidades públicas son la mejor inversión que puede hacer Canarias»

Lluís Serra Majem en los estudios de El Espejo Canario

Lluís Serra Majem en los estudios de El Espejo Canario

➤ «Estamos captando a los mejores estudiantes de la PAU» ➤ «Las privadas solo hacen docencia; la investigación la hacemos las públicas» ➤ «No competimos en igualdad de condiciones con las universidades privadas»

El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Lluís Serra Majem, afirma que la institución atraviesa un momento de crecimiento y transformación, a pesar de los discursos que critican a las universidades públicas por su supuesta falta de adaptación. «Vamos cada día mejor», sostiene, y lo atribuye a una oferta académica más diversificada, una creciente actividad investigadora, la creación de empresas de base tecnológica y, sobre todo, a la confianza que depositan en la ULPGC los estudiantes más brillantes de Canarias.

Serra asegura que los mejores expedientes de la PAU optan por quedarse en las universidades públicas del archipiélago, atraídos no solo por la calidad formativa y los títulos acreditados, sino también por la imposibilidad económica de afrontar los altos costes de una universidad privada o un traslado a la península. «No se le puede engañar a la gente», subraya, «saben que en la ULPGC se quedan los mejores y es donde mejor salida tienes».

Reforma universitaria: comenzar por los cimientos

Respecto a la reforma de los consejos sociales impulsada por el Gobierno de Canarias, Serra considera que se ha empezado por el tejado. Aunque no se opone a los cambios, cree que hay prioridades más urgentes, como la creación de una ley de universidades que garantice contratos programa plurianuales de financiación. «Los consejos sociales ya funcionaban bien», indica, y recuerda que el de la ULPGC tenía un presupuesto muy superior al de otras universidades de su tamaño, con una composición diversa y representación insular.

Aun así, reconoce que el nuevo modelo otorga más poder a los consejos sociales, sobre todo en materias como la planificación de estudios y los mecanismos de auditoría. «Pero auditorías ha habido siempre», matiza, y reivindica que la ULPGC ya había adoptado medidas pioneras como un comité antifraude y un buzón específico. A pesar de los roces puntuales en el pasado, insiste en que la relación institucional es buena y que no han existido casos relevantes de corrupción en la historia reciente de la universidad.

Una competencia desigual con las universidades privadas

Serra critica abiertamente el crecimiento desregulado del sistema universitario privado en Canarias. «Son demasiadas», advierte, y apunta que al menos dos de las universidades privadas actualmente activas obtuvieron informes «demoledores» de la ANECA antes de su aprobación. A su juicio, la calidad debe exigirse como en cualquier otra actividad económica regulada. «Si no, estás engañando a muchas familias que hacen un gran esfuerzo para mandar a sus hijos a esas universidades», denuncia.

Además, denuncia una clara desventaja competitiva. «No competimos en términos de igualdad», explica, ya que las privadas no están sujetas a la ley de contratos del Estado, no necesitan convocatorias públicas para contratar profesorado ni licitaciones para construir infraestructuras, y pueden solicitar títulos sin demostrar que cuentan con el personal necesario. Mientras tanto, la ULPGC debe funcionar con recursos limitados y sin margen de acción en áreas clave como el marketing. 

Investigación pública, impacto social y conciencia alimentaria

Frente a la acusación de que las universidades públicas «solo piden dinero», Serra responde con contundencia: «No pedimos fondos para comprar cafés ni para irnos de viaje». Sostiene que los gastos universitarios se destinan a personal, infraestructuras y proyectos con un alto impacto en la sociedad. La ULPGC, a pesar de tener uno de los presupuestos más ajustados de España, lidera en indicadores como la transferencia de conocimiento y la publicación científica.

El rector se muestra crítico con la forma en que se ha tramitado la ley canaria de la ciencia, en cuya fase inicial no se contó directamente con las universidades. «Somos quienes investigamos», afirma, y recuerda que la investigación universitaria pública representa el 95% de la actividad científica en Canarias. «La ley debería tener un apartado específico sobre las universidades», reclama.

Por último, Serra comparte su pasión por la alimentación saludable y la gastronomía. Está preparando un libro titulado Comer conciencia, que aboga por una dieta sostenible, informada y respetuosa con el entorno. «No se trata de privarse de nada», aclara, «sino de introducir poco a poco una conciencia que beneficie nuestra salud y la del planeta».

Concluye con una advertencia: si Canarias quiere diversificar su economía y mejorar su PIB, debe invertir en las universidades públicas. «Si alguien tiene una duda de esto, es que no sabe de qué va el asunto».