Pseudoterapias que matan: pediatras alertan del auge de tratamientos sin evidencia científica

Niño con mochila | Foto: Pixabay

Niño con mochila | Foto: Pixabay

El doctor Íñigo Noriega, miembro del Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría, advierte sobre los riesgos que suponen para los menores, y apela a la necesidad de reforzar la confianza entre profesionales sanitarios y familias para evitar daños irreparables.

El Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría lanza una voz de alarma sobre el incremento de las pseudoterapias entre los tratamientos aplicados a menores. Su miembro Íñigo Noriega sostiene que se trata de un fenómeno «cada vez de mayor importancia» y con potenciales «graves consecuencias».

Aunque reconoce que los padres suelen actuar movidos por la esperanza de mejorar la salud de sus hijos, incluso en situaciones extremas, recalca que muchas de estas prácticas no solo carecen de eficacia probada, sino que además pueden retrasar o sustituir tratamientos médicos contrastados, poniendo en peligro la vida del paciente: «Algunas de estas terapias pueden ser inocuas, pero otras no. Y lo más grave: si sustituyen a tratamientos eficaces, suponen un riesgo directo para el menor», advierte el doctor.

Una cuestión de confianza y tiempo

El doctor Noriega insiste en que el abordaje debe partir del diálogo con las familias y no del enfrentamiento. El objetivo es entender qué información han recibido, qué esperan del tratamiento y ofrecer datos contrastados, sin recurrir a medidas legales salvo como último recurso. «El menor no es autónomo para tomar decisiones de alto impacto, por lo que el papel de los padres es crucial, pero debe estar guiado por el mejor interés del niño», indica.

El auge del movimiento antivacunas y su impacto

Uno de los ámbitos donde se percibe con mayor claridad el efecto nocivo de las pseudoterapias es en la vacunación. Noriega recuerda que determinadas campañas desinformativas, como las que vincularon falsamente la vacuna triple vírica con secuelas neurológicas, han contribuido a una caída en las coberturas vacunales, lo que ha traído consigo el resurgimiento de enfermedades como el sarampión y la tosferina: «Estamos viendo enfermedades que teníamos controladas volver a aparecer por miedos infundados a las vacunas», lamenta el especialista.

Los más vulnerables: niños con enfermedades graves

El entorno de mayor riesgo, según Noriega, lo constituyen los niños con enfermedades graves, como ciertos cánceres o patologías neurológicas. «En esas situaciones, las familias son especialmente vulnerables y es comprensible que busquen alternativas», reconoce. Sin embargo, recalca que estas deben basarse siempre en evidencia científica. «Trabajamos con las mejores opciones que nos da la ciencia, aunque sepamos que son limitadas. No podemos salirnos de ahí sin poner en riesgo a los pacientes», insiste.

Llamamiento a proteger a la infancia en conflictos armados

Durante la entrevista, el doctor Noriega también se refiere a la denuncia conjunta realizada por el Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría y la Sociedad Española de Pediatría Social sobre las consecuencias del conflicto en Gaza. En particular, recuerda la muerte por hambre de numerosos menores y hace un llamamiento a la comunidad internacional para actuar con responsabilidad ética. «Los niños son el grupo más vulnerable en cualquier guerra y deben ser protegidos por encima de cualquier otro interés», concluye.

Consultar con fuentes contrastadas

El doctor Noriega destaca la importancia de que las familias consulten siempre con fuentes contrastadas, acudan a profesionales acreditados y no se dejen llevar por informaciones sin base científica. «Solo desde una relación de confianza y tiempo podremos proteger realmente a los menores», concluye. Además, aprovecha para alertar sobre otro riesgo silencioso durante el verano: el abuso de pantallas, que puede derivar en problemas de atención y salud mental, especialmente entre los adolescentes.