Daniel Duque: «Estamos viviendo en condiciones insostenibles y había que decirlo»

Cartel de las manifestaciones

Cartel de las manifestaciones

➤ «La cifra oficial de asistentes a las manifestaciones de este domingo falta a la verdad: el flujo de gente fue constante durante horas» ➤ «El comportamiento en todas las islas fue ejemplar» ➤ «Lo que pedimos no son milagros, sino medidas sensatas que ya existen en otros destinos turísticos del mundo»

Daniel Duque, portavoz de la asociación «Salvar La Tejita» e integrante del movimiento ciudadano «Canarias tiene un límite», califica de «absolutamente necesaria» la manifestación celebrada este domingo en las islas. En su opinión, la movilización demuestra que la ciudadanía «sigue respondiendo cuando se superan los límites de lo tolerable» y reivindica que el modelo turístico y territorial actual está agotado. «Estamos viviendo en unas condiciones insostenibles y había que decirlo», afirma.

Duque destaca el papel central de Tenerife como epicentro de la protesta, pero también subraya la recuperación de la participación en otras islas como Lanzarote, donde la movilización ha crecido respecto a convocatorias anteriores. Reconoce que en lugares como Gran Canaria y Fuerteventura la respuesta ha sido más limitada, aunque insiste en que «existe materia prima ecologista y hay muchas causas por las que luchar», por lo que cree necesario «cambiar perfiles y reactivar el movimiento social».

Crítica al baile de cifras y al silencio institucional

El portavoz de «Salvar La Tejita» se muestra especialmente crítico con las cifras oficiales de participación, que califica de «irrisorias» y «una falta de respeto a la gente que estuvo en la calle». Según explica, la afluencia en Santa Cruz fue tal que hubo personas que tardaron hasta veinte minutos en salir de la plaza Weyler. «A las dos de la tarde todavía seguía bajando gente», señala, y reprocha que tanto las administraciones como algunos medios minimicen el alcance de la protesta: «Cuando hacen eso, pierden credibilidad».

En cuanto a la actitud del Gobierno canario, Duque expresa escepticismo ante los anuncios de posibles reuniones con portavoces del movimiento. Aunque reconoce que el vicepresidente del Cabildo de Tenerife, Lope Afonso, ha expresado su intención de dialogar, advierte: «Ya en 2020 hubo gestos similares que no llevaron a nada. Ojalá esta vez la segunda sea la vencida».

De la ecología a la justicia social

El movimiento «Canarias tiene un límite» ha evolucionado hacia una convocatoria transversal, en la que se han sumado reivindicaciones laborales, demandas por la vivienda y preocupaciones por la desigualdad. Duque lo resume así: «Antes se hablaba solo de ecologismo; ahora hay mucha más gente hablando también de trabajo, de acceso a la vivienda, de sostenibilidad real».

Desde su punto de vista, el crecimiento del movimiento refleja una indignación compartida que no es ideológica, sino vital: «No se trata de parar el turismo, sino de poner límites racionales. No pedimos milagros, pedimos lo que ya se hace en muchas otras partes del mundo». Y añade: «Queremos poner parches, sí, pero parches que funcionen. Y ya va siendo hora de aplicarlos aquí también».

Una advertencia que no se puede ignorar

Duque concluye con una advertencia clara: si las autoridades continúan ignorando las demandas ciudadanas, la movilización irá a más. «No podemos ser una excepción en el mundo. No podemos seguir sin políticas que mitiguen los efectos de un modelo que ya ha demostrado que no es sostenible», sostiene. Y apunta: «Esto no es una amenaza, es un hecho. La gente ha salido a la calle sin gritos, sin violencia, con una actitud ejemplar. Pero si no hay respuesta, volverá a salir. Con más fuerza».