Roque Calero: «El cero energético es la consecuencia de primar decisiones políticas sobre criterios técnicos»

Roque Calero en los estudios de El Espejo Canario

Roque Calero en los estudios de El Espejo Canario

➤ «Pretender que un sistema eléctrico funcione con un 80% de renovables sin respaldo térmico es un error de libro» ➤ «Canarias necesita energía controlable y no la tiene: hay días que no se puede ni absorber lo que se genera» ➤ «El concurso de emergencia energética es necesario, pero llega tarde y no resuelve la raíz del problema»

El reciente apagón en la península ibérica ha reabierto el debate sobre los límites de la transición energética. Para Roque Calero, catedrático de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y uno de los mayores expertos en sistemas energéticos del Archipiélago, el reciente cero energético en España es el resultado de haber forzado un modelo renovable sin el respaldo térmico necesario. «Si alguien pretendía llegar al 80% renovable a coste cero, eso es un error de libro», afirma. Y remata: «No sé cómo los ingenieros de Red Eléctrica permitieron esa situación».

Calero analiza con precisión lo ocurrido: «En Extremadura cae una nube sobre una gran planta fotovoltaica, baja la frecuencia, y como no hay motores térmicos disponibles para compensar esa pérdida, el sistema colapsa». Francia detecta la bajada de frecuencia y se desconecta automáticamente de España, provocando una cascada de desconexiones. «El problema no son las renovables en sí, sino su falta de programabilidad. No puedes subir su potencia cuando hace falta», explica.

«La energía renovable necesita respaldo térmico para ser estable»

Para Calero, este no es un problema nuevo. «Cuando elaboramos el proyecto energético para islas como Lanzarote, Fuerteventura o La Palma, Red Eléctrica ya nos decía que por cada megavatio eólico debía haber 50 megavatios térmicos disponibles», recuerda. La razón es sencilla: el viento puede desaparecer en minutos, y con él, la producción. «Es obligatorio tener un respaldo estable. Si no, se repite lo de la península».

«En Canarias también estamos al límite»

Canarias no ha sufrido un cero energético como el de la península, pero Calero advierte que la situación en las islas también es muy frágil. «Estamos en un modelo de generación donde muchas veces se produce más de lo que se puede consumir, especialmente de noche. Y no hay capacidad de absorción ni almacenamiento suficiente». Eso provoca que Red Eléctrica tenga que desconectar parques eólicos para evitar la sobrecarga de la red, con el consiguiente malestar entre los inversores. «Se hace una inversión millonaria en un parque, pero no se puede rentabilizar porque hay que desconectarlo», explica.

En islas como Fuerteventura, Calero advierte que existe una potencia instalada de parques eólicos que supera los 1.000 MW, cuando la demanda máxima apenas alcanza los 120. «Eso no se puede verter a la red. Es inviable. O se usa para producir hidrógeno u otros usos desconectados, o será energía perdida», señala.

El concurso de emergencia energética: necesario, pero insuficiente

El Gobierno de Canarias ha lanzado un concurso de emergencia energética para instalar más generación térmica que cubra el déficit actual en islas como Gran Canaria, Tenerife o Fuerteventura. Calero reconoce que la medida es acertada, pero llega tarde. «Es un parche, no una solución estructural. Y responde más a la urgencia política que a una planificación técnica a largo plazo».

El catedrático defiende que las renovables son necesarias, pero deben integrarse con lógica técnica. «Necesitamos baterías, hidrobombeos y, sobre todo, generación controlable. Las centrales térmicas son feas, sí, pero necesarias. Y si no lo entendemos, vendrán más apagones», advierte.

«El apagón no es una distopía: puede pasar mañana»

Calero no es alarmista, pero tampoco elude la realidad: «En Fuerteventura, si se incendia un grupo generador, podríamos quedarnos sin suministro diez días. Y eso implicaría no solo quedarnos sin luz, sino sin agua, sin gasolina, sin comunicaciones. Es un escenario realista, no una película de ciencia ficción».

Por eso propone incluso medidas de contingencia como centrales flotantes instaladas en barcos, como las que operaron en Tenerife en el pasado. «Un crucero tiene a bordo hasta 90 MW de potencia. Se pueden utilizar como soporte eventual mientras se repara una avería», sugiere.

«Ni el uranio ni el gas son soluciones mágicas»

Preguntado sobre las propuestas de instalar centrales nucleares modulares o traer gas natural licuado, Calero responde con cautela. «El uranio es igual o más escaso que el petróleo. Y el gas requiere infraestructuras muy caras y que luego hay que amortizar». Considera que estos debates deben hacerse con rigor y sin convertir la energía en un arma ideológica. «Esto no va de izquierda o derecha, sino de sentido común», concluye.