La guía del Parlamento de Canarias confiesa que «los escolares preguntan si hay que estudiar para ser diputado o si en los plenos hay recreo».
Jessica García, guía del Parlamento de Canarias, tiene muy claro por qué eligió dedicarse a acompañar a escolares, colectivos y visitantes por los pasillos de la sede legislativa: su gran objetivo es formarse como futura docente. «He elegido este trabajo para aprender a ser oradora», explica García, quien combina su pasión por la enseñanza con el desafío diario de adaptar su discurso a públicos muy variados.
Aunque admite que las condiciones laborales no son ideales –posee un contrato fijo-discontinuo y cobra solo por el tiempo de las visitas–, Jessica valora el enorme aprendizaje personal que está obteniendo: «No es la mejor condición económica, pero estoy consiguiendo un beneficio personal que no se paga con dinero», subraya.
Adaptarse a cada visitante
García detalla que la dinámica de las visitas cambia enormemente según el tipo de grupo que recibe: desde escolares de tercero y cuarto de ESO hasta mayores de programas sociales. Su método es comenzar con el mismo discurso base y, a partir de la interacción, ajustar el tono y la profundidad del contenido.
«Depende mucho de cómo preguntan y cómo vibran los grupos. Según su energía, adapto el lenguaje y la forma de contar el Parlamento», señala. Esta capacidad de adaptación, asegura, es fundamental para poder conectar realmente con las personas».
Entre las preguntas más habituales que recibe de los escolares destacan algunas especialmente curiosas: «Me preguntan si para ser diputado hace falta estudiar, si en los plenos hay recreo o si los menores también pueden asistir a las sesiones». La curiosidad, cuenta, se combina a veces con actitudes más despreocupadas, pero siempre hay un espacio para sembrar interés sobre cómo funciona la democracia.
Mejorar las condiciones laborales
A pesar de su compromiso y entusiasmo, Jessica García no esconde que su situación contractual podría mejorar. Actualmente tiene un contrato fijo-discontinuo y su remuneración es simbólica, limitada al tiempo efectivo de cada visita. «Cobro solamente el tiempo de la visita», confirma.
Orgullo por formar parte del Parlamento
A pesar de las dificultades, Jessica García afirma sentirse feliz de formar parte de un proyecto que considera esencial para acercar el Parlamento a la ciudadanía. Su trabajo contribuye a derribar barreras de desconocimiento y a sembrar inquietudes democráticas en las generaciones más jóvenes y en los visitantes de todas las edades.