Manolo Vieira: “No quiero hacer humor político por decisión propia”

A sus setenta años, el humorista vuelve a los escenarios para "relatar" su vida a través del espectáculo "¿Estamos todos?".

Manolo Vieira sube al escenario del Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife este viernes 13 de diciembre en dos sesiones (a las 20:00 y a las 22:30 horas) con su espectáculo "¿Estamos todos?". Fiel a su estilo, el humorista hará lo que ha hecho siempre: relatar una forma de vida, la canaria, "deformando un poco la realidad".

Vieira, que acaba de cumplir los setenta años de edad, comienza a tomarse la vida con más tranquilidad: "Cuando me di cuenta [de que tenía 70 años] me dije 'Manuel, afloja la pata'". No obstante, se mantiene en la trinchera de un humor en el que destaca la bonhomía: "Nunca aproveché las desgracias de nadie para hacer reír. Siempre he contado chistes de curas, monjes o enfermos mentales, pero con bondad. Escenarios que no deba tocar, nunca los toqué".

"La mujer va a tener más poder"

Entre escenarios en los que no se adentra es el humor político, algo que obedece a una decisión propia: "Yo mismo me pongo los límites: hago humor para la familia. Por otros compañeros sé que a mínimo que toques a un político puedes ser vetado".

No se considera un influencer, pero reconoce participar en las redes sociales, principalmente en la de "las vecinas", que le cuentan cosa. A este respecto, valora el papel desempeñado por las mujeres en las sociedad y lamenta que se quiera volver al "patriarcado":  "Se pretende volver a la cultura patriarcal del grito. Lógicamente la mujer va a tener más poder y por eso la otra banda está preocupada".

Más que humorista, contador de relatos

Afirma que lo primero que pide a los humoristas jóvenes es "bonhomía" y asegura que los que han llegado a su sala, Chistera, ya estaban hechos y tan solo les faltaba contacto con la gente. Señala que a lo que puedes contribuir es a darles un toque de profesionalidad, "pero no en exceso, porque subirte a un escenario y hacer reír es serio".

Destaca a Pepe Iglesias, Gila y Pancho Guerra como sus maestros. Considera que más que humoristas o monologuistas son "relatores", algo que, a su juicio, identifica a canarios, chilenos, argentinos o cubanos: "Contamos historias reales y las deformamos un poco".