La libertad de expresarme es mía (no tuya)

Los periodistas Javier Moreno e Iván García debaten sobre los límites de la libertad de expresión y el derecho a rodear (que no invadir) los parlamentos.

Moreno señala que en el debate sobre los derechos fundamentales se suele olvidar un matiz que es importante: todos los derechos son de carácter individual, es decir, protegen a individuos concretos, no a colectivos, “y mucho menos a comunidades, estados o sociedades”. Y esto es así, señala, porque en su naturaleza está el satisfacer necesidades que sienten los individuos, no las cosas o las ideas.

La libertad de expresar libremente lo que uno piensa, sin que pueda ser impedido por los poderes públicos, no es una excepción, señala Moreno, que recuerda que este derecho protege la posibilidad de que “cada uno pueda expresar lo que le plazca” y en ningún caso “lo que la sociedad autorice o lo que convenga”. Tener libertad de expresión tan solo para decir lo que conviene al poder “no es un ejercicio de derechos sino de propaganda”.

Esta libertad ampara también la protesta y la manifestación en la calle, incluso ante los parlamentos, que en el caso de España, tiene la limitación de que el Parlamento no esté celebrando una sesión. Estas manifestaciones pueden ser tan masivas y ruidosas como deseen “pues su éxito consiste en expresar su mensaje con eficacia”. Lo que no ampara ningún derecho es la violación de derechos ajenos, “incluyendo la invasión de espacios parlamentarios donde otros ejercen también su libertad de expresión”.