El director del Instituto de Enfermedades Tropicales de Canarias ha presentado su dimisión tras un desencuentro con el rector de la Universidad de La Laguna Antonio Martinón.
El director del Instituto de Enfermedades Tropicales, Basilio Valladares, desmintió este viernes que su desencuentro con el rector de la Universidad de La Laguna, Antonio Martinón, obedezca a una “pelea personal”. En su opinión, el problema ha radicado en “una diferencia de criterio que no tiene mayor importancia”.
Valladares recuerda que presentó su dimisión hace bastante tiempo y que se ha conocido ahora por causas que él desconoce. “Me pareció lógico y oportuno presentar la dimisión, sin acritud, sin problema y para no perjudicar al instituto”. Reconoció que el discurso del rector en la inauguración del curso universitario refiriéndose a la forma de recibir una subvención por parte del Instituto fue “el detonante” de la presentación de su renuncia.
“Los institutos de este tipo, que tienen un alto coste de infraestructuras científicas, necesitan distintos tipos de financiación”, afirma Valladares, que recuerda que “en el discurso [del rector] está escrito, y eso es lo que él dice que yo malinterpreté, pero está escrito, que por amiguismo político no se debe dar fondos para la investigación. Y en eso estoy de acuerdo. Pero a reglón seguido parece que ese amiguismo político era la financiación que llevábamos más de un año intentando conseguir para unas determinadas necesidades que el Instituto tenía para los servicios que prestamos al Ministerio de Sanidad y a la Comunidad autónoma”.
Valladares señala que esa financiación se agilizó gracias a la intervención de la diputada de Coalición Canaria Ana Oramas. A partir de esa gestión, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat “tuvo a bien considerar, después de hacer una serie de averiguaciones, que el trabajo que hacíamos para ellos era necesario”. Al final el Ministerio decidió financiar lo que el Instituto necesitaba.
Pero si como crítica por parte del rector a esta gestión se apunta hacia el “amiguismo político”, entonces es que “la directriz de la Universidad no quiere ver el esfuerzo de trabajo que se está haciendo y con los currículums que nosotros tenemos, como si fuéramos unos mindundis que estamos buscando amistad, pues yo me voy y que venga otro que lo haga mejor”.
Sin embargo, Martinón no ha aceptado esa dimisión y ha acordado que Valladares continúe en su puesto al frente del Instituto de Enfermedades Tropicales hasta su jubilación el próximo 31 de agosto o, al menos, hasta que haya un nuevo director. A este respecto, Valladares confirmó su disposición a preparar la sucesión en su cargo, “que es algo que ya se estaba haciendo”.
Valladares abogó por “acabar con esta polémica”, pues a su juicio es evidente que “ningún político da dinero a cambio de nada”: “Cuando se da dinero es porque se va a hacer algo que repercute en la sociedad”.