José Tomás Ramos García, responsable sindical del sector, señala como eje central de la disputa la negativa empresarial a aceptar un incremento salarial del 6,5 % con carácter retroactivo desde enero.
José Tomás Ramos García, responsable del sector de hostelería de UGT en Tenerife, anuncia que el sindicato convocará un comité de huelga si en la reunión del martes 11 de junio no se produce un cambio de actitud por parte de la patronal hotelera. Así lo confirma tras detallar los obstáculos que impiden avanzar en la renovación del convenio provincial.
Discriminación inaceptable
Ramos señala como eje central de la disputa la negativa empresarial a aceptar un incremento salarial del 6,5 % con carácter retroactivo desde enero, cifra que UGT considera «condición determinante» para abordar el resto de cuestiones del convenio, como la conciliación, la eliminación de turnos partidos o la sobrecarga laboral. Dentro de ese 6,5% se incluye el 2% ya pactado en el acuerdo anterior, por lo que el aumento adicional sería del 4,5%. «La patronal no lo acepta, y propone que el aumento dependa de si existen pactos salariales en cada hotel, lo que introduce una discriminación inaceptable», explica.
El sindicalista critica que la propuesta empresarial reproduce exactamente la ya rechazada públicamente durante Semana Santa, incluso en presencia del presidente del Gobierno de Canarias. «Decían que ofrecían un 6%, pero solo sería efectivo para una minoría sin pactos salariales. Para la mayoría, la subida real se quedaría en un 2 %», denuncia Ramos, recordando que la mayoría de los establecimientos hoteleros de la isla tienen pactos internos que mejoran el convenio mínimo provincial.
Falta de unidad de la patronal
Ramos también pone el foco en la falta de unidad dentro de la patronal, que —según sostiene— ha sido fracturada por la creación de una asociación interna promovida por grandes grupos como Barceló, Riu y Lopesan. Esta división interna, dice, ha roto los canales de comunicación previos que solían existir entre los sindicatos mayoritarios y el bloque empresarial. «Ahora lo que se pacta con unos no vale para otros. Esa falta de voz unificada está en el origen del estancamiento actual», subraya.
Además del desencuentro sobre el salario, UGT insiste en que el nuevo convenio debe incluir avances reales en materias sociales. «El objetivo no es solo económico. Queremos abordar la conciliación de la vida laboral y familiar, reducir los turnos partidos y poner límites a la sobrecarga de trabajo. Todo eso está sobre la mesa, pero la patronal ni siquiera quiere empezar a discutirlo sin cerrar antes la cuestión salarial», explica.
«Esperamos un cambio de actitud»
Si la reunión del martes no desbloquea la negociación, UGT tiene previsto reunir el lunes siguiente a su mesa sindical interna para constituir el comité de huelga y preparar nuevas movilizaciones para el mes de julio. «Esperamos un cambio de actitud. Pero si no lo hay, retomaremos las protestas. No vamos a renunciar a los derechos de los trabajadores del sector», concluye Ramos.