Todos los miembros de la Unidad de Menores de la Policía Canaria piden la baja por las condiciones del servicio

El portavoz del colectivo, Abraham Catalina, denuncia el trato discriminatorio y la falta de recursos.

Los dieciocho antes de la Unidad de Menores y Familia de la Policía Canaria han solicitado su baja en protesta por las condiciones en las que prestan sus servicios, condiciones que Catalina califica de "bochornosas" desde el mismo momento en que se creó la policía y que ya han sido declaradas nulas de pleno derecho en varias ocasiones. El portavoz del colectivo achaca la situación a las directrices del comisario al mando y afirma que la Dirección General de Seguridad no les hace caso "y lo deja todo en manos de esta persona".

Denuncian el uso de coches muy viejos, veinte más de años de antigüedad, que no reúnen las condiciones de seguridad y están "casi para el desguace". Asimismo, señalan problemas con la uniformidad, porque usan su propia ropa de paisano "y se niegan a abonarnos lo mínimo", como es el caso de las riñoneras para portar la pistola. Se ha dado el caso de personas, señala Catalina, de que particulares han llamado al 112 avisando que la presencia de personas portando armas, cuando se trataba de los policías: "Nos han ofrecido diez riñoneras a pesar de que somos dieciocho". Señala que la situación de inseguridad no afecta solo a los trabajadores, sino también a los menores y los familiares.

Amedrentar a los demás miembros

Esta petición de baja colectiva ha servido para poner de relieve el problema, pero lejos de aportar soluciones, dos miembros de la Unidad han sido trasladados, tal vez "para amedrentar a los demás miembros".

La Unidad de Menores y Familia de la Policía Canaria se encarga de los menores con medidas judiciales así como aquellos en situación de riesgo bajo custodia del Gobierno canario.