El director de desarrollo de Hospitales Universitarios San Roque cree que los países emisores de turistas volverán a imponer la prueba diagnóstica antes del regreso.
El director de desarrollo de Hospitales Universitarios San Roque, Sebastián Sansó, está convencido de que si la población no normaliza la coexistencia con el virus de la covid-19 nunca se recuperará una vida normal, como la que existía antes de la pandemia.
A su juicio, es preciso convertir en algo normal que la vacuna contra la covid-19 forme parte del calendario vacunal y que se administre a la población con la periodicidad necesaria. No obstante, recuerda, habrá personas que seguirán muriendo de la enfermedad, de la misma manera que hoy muchas personas mueren de neumonía. Asimismo, será preciso seguir conviviendo con las medidas sanitarias que eviten la propagación del virus, porque “si no lo normalizamos, no volveremos nunca a una vida normal”.
Las incertidumbres del turismo
Indica que esto es aún más importante para territorios que, como el canario, dependen del turismo. A este respecto, señala que ante la aparición de una nueva variante, como la Ómicron, será “clave” lo que decida Alemania respecto a sus residentes. Sansó cree que el Reino Unido volverá a exigir a los turistas una prueba de la covid-19 antes de volver a su país y no descarta que Alemania haga lo propio. Estas decisiones son normales. Sin embargo, la de Portugal, de imponer un confinamiento después de la navidad, la entiende como “un disparate”.
El reto de la salud mental
Sansó considera que uno de los grandes retos después de la pandemia será el de la salud mental, debido a las incertidumbre y los confinamientos. Así, en los Hospitales Universitarios San Roque se ha duplicado la demanda de atención psicológica.
Indica que esa crisis chocará con las insuficiencias del sistema público de salud mental, algo que es producto de la falta de una mayor colaboración público-privada o bien de que no se imita el modelo sanitario andaluz, consistente en la creación de macrocentros de atención primaria con capacidad de resolución y al que se derivan los pacientes de los distintos centros de salud, evitando que saturen las especialidades. Recuerda que para llevar a cabo esa reforma, se tiene que disponer una inversión al respecto.
Sufragar los costes de la sanidad pública
Sansó reflexiona sobre el hecho de que cuando la clase política española se jacta de la bondad del sistema sanitario público, “nos estamos haciéndonos trampas al solitario”, pues los costes son muy inferiores a los de países vecinos tan solo porque los médicos del sector público tienen que complementar sus salarios en la sanidad privada.
Esto no sucedería si los salarios del sector público se ajustaran a los de sus homólogos europeos, pero entonces se produciría un incremento de los costes del sector público en un 30%, lo cual no la haría tan eficiente. Ese 30%, señala Sansó, es el que está sufragando la sanidad privada.