Se cumplen 25 años del mítico concierto de los Ramones en Gran Canaria

Juan Salán, organizador del evento, recuerda cómo fue la actuación de la mítica banda punk en una cochera de Los Tarahales.

El promotor de aquel legendario concierto recuerda que en el mismo perdió "amigos, salud y hacienda" porque el caché del grupo ascendía a unos cuatro millones de pesetas (24.000 euros) y "había tantos intermediarios…".  Considera que con aquella organización pagó "una novatada importante" pero le sirvió como "un máster" para la organización de los siguientes conciertos. Con todo, dice: "Posiblemente sea el concierto que más lustre me da todavía".

La elección de la cochera de Los Tarahales se debió a que "el único espacio disponible en el año 1993 era la grada curva [del Estadio Insular] y valía mucho dinero. Por eso buscamos un lugar alternativo, que no era el más adecuado, pero era correcto". La entrada costaba 1.800 pesetas y asistieron "unas 2.300 o 2.400 personas, que era mucha gente para la época".

Salán recuerda  que, musicalmente, Los Ramones "eran muy sencillos", pero "crearon un estilo, una línea de ropa y una forma de comportarse que marcó la banda sonora de toda una generación".

Ley Corcuera

La organización se vio complicada por la entrada en vigor de la Ley Corcuera que prohibía vender alcohol en los espectáculos: "lo que me produjo pérdidas económicas". Además, en aquella época los permisos de conciertos los daba un comandante de la Policía Nacional que había estado en el concierto de Los Ramones en Vista Alegre, "donde hubieron incidentes graves". Así, el mismo día del concierto, a las seis de la tarde, le hizo abrir una puerta de emergencia en el muro "y tuve que contratar una máquina para hacerlo".