Miguel Concepción, seguro de su inocencia ante su imputación por estafa en Islas Airways

El empresario Miguel Concepción afirma sentirse “tranquilo” y a la espera de demostrar su inocencia ante la petición de cuatro años de cárcel por parte de la fiscalía en el proceso por presunta estafa en Islas Airways.

Para Concepción, el proceso es un caso de “acoso y derribo de una compañía” que comienza en el año 2011 cuando la aerolínea Binter Canarias denuncia a Islas Airways. En ese momento, la empresa de Concepción le “estaba sacando [a Binter] 200.00 pasajeros de su cuota de mercado, un 35% y eso preocupó mucho a Binter”. A partir de esa denuncia, el Ministerio de Fomento le retuvo las subvenciones por importe de 16 millones de euros “hasta el punto de que asfixian a la compañía”. Así, el 15 de octubre de 2012 tuvo que suspender actividades.

A su juicio, el proceso no tiene fundamento, pues los cobros que hacía por descuentos a residentes “se han llevado a cabo escrupulosamente y con supervisión de Hacienda”. Cosa distinta, afirma, es que “cambie el funcionario y cambie el criterio”. Por ese motivo, confía en que cuando se abra el juicio oral, “se vean las pruebas y se vea que se ha estado actuando conforme al ministerio”.

Sobre si en su caso pudo haber influido el entonces presidente del PP de Canarias, José Manuel Soria, Concepción indica que “de lo que no tengo pruebas no hablo, pero es cierto que cuando la empresa recupera el dinero de las subvenciones, unos 12 millones, me presento en AESA [Agencia Estatal de Seguridad Aérea] para que me den el permiso de volar y me dicen que no me dejan, después de mantener la plantilla durante dos años”. A  su juicio, fue una decisión arbitraria, pues sin  bien Islas Airways estaba en concurso de acreedores “es la misma situación en que estaban compañías como American Airlines. Lo que pasó es que no se dejaba volar a la compañía”.

En su opinión, ser amigo del entonces presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, “no me ha beneficiado, porque siempre me han colgado el sambenito de amigo de Paulino”.

Ahora espera que se llegue a juicio, se pongan las pruebas encima de la mesa y se dicte sentencia. Él, “por supuesto”, se considera inocente.