El vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria considera que, en el plazo de cuatro años, sería posible poner en marcha la línea entre Santa Catalina y el aeropuerto de Gran Canaria.
El vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Pérez del Pino, considera que la implantación del tren es la única forma de cambiar las pautas de movilidad en la isla. A este respecto, señala que cada vez se venden más coches, convirtiendo a Canarias en uno de los mayores parques móviles por densidad por toda Europa.
Cambio de mentalidad
Sin embargo, indica que los datos de uso de las autopistas muestran una reducción del 20% de uso en las horas puntas, lo que demuestra que, cada vez más, la ciudadanía apuesta por el transporte público. Este cambio de mentalidad podría recibir un gran impulso con la introducción del tren, a su juicio, la única forma de cambiar las pautas del uso del vehículo privado.
Señala que la energía que movería el tren sería el hidrógeno verde, una energía de futuro particularmente indicada para las islas. Afirma que, aunque su producción es aún cara, esto se podría revertir con el incremento de la demanda.
Santa Catalina-Aeropuerto, en cuatro años
Pérez del Pino estima que el tren podría estar finalizado, en todo su recorrido desde Las Palmas de Gran Canaria hasta el sur de la isla en un plazo de entre diez y doce años. No obstante, indica que el tramo entre el parque de Santa Catalina y el Aeropuerto podría entrar en funcionamiento en un plazo de cuatro años. Recuerda que el 57,8% del recorrido sería soterrado, con poco consumo de territorio y con un coste muy acotado.
Considera que la financiación del tren debería correr a cargo de todas las administraciones: el Cabildo de Gran Canaria, el Gobierno canario, el central y la Unión Europea. No obstante, considera que la gestión debe ser mantenida en el Archipiélago, de tal forma que se pueda dar respuesta de forma inmediata a las peculiaridades del territorio.
Club Baloncesto Gran Canaria
En otro orden de cosas, Pérez del Pino no es partidario de la venta del Club Baloncesto Gran Canaria porque considera que el deporte debe estar enraizado en la sociedad, de la misma manera que la cultura: “Las administraciones públicas deben prestar un servicio”.
No obstante, entiende que si se pone sobre la mesa la oferta de una empresa que gestione la entidad deportiva con el compromiso de mantenerlo, estaría dispuesto a escuchar la oferta.