➤ «Sin más personal es muy difícil asumir nuevos cometidos como la gestión de la normativa sobre vivienda vacacional» ➤ «Ya hace tiempo que estoy pensando en retirarme de la política municipal» ➤ «Desde el primer momento he dicho que hay que hacer algo con las jaulas marinas» ➤ «Nueva Canarias y Primero Canarias son el mismo perro que, cada cierto tiempo, cambia de collar para que no nos demos cuenta de que muerden»
El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, subraya que la promoción de Maspalomas no es un ejercicio puntual ni una acción publicitaria aislada, sino «un trabajo que hacemos todos los días». Explica que el municipio mantiene una estrategia constante para reforzar la imagen de destino, atraer nuevos perfiles de visitantes y sostener la posición de liderazgo del sur de Gran Canaria. Añade que esta labor requiere coordinación con las empresas del sector, presencia en ferias internacionales y una vigilancia permanente de las tendencias del mercado turístico para no quedarse atrás en un entorno cada vez más competitivo.
El alcalde insiste en que Maspalomas no compite solo con otros territorios españoles, sino con destinos globales. «Nosotros tenemos que estar ahí, en el mundo», afirma, convencido de que la marca Maspalomas mantiene un reconocimiento consolidado gracias a la climatología estable, la calidad del litoral y la diversidad de servicios alojativos y de ocio. Defiende que el destino ha sabido adaptarse a los cambios en la demanda, desde el crecimiento del turismo familiar hasta la especialización en deportes al aire libre, sin abandonar su apuesta por el sol y playa.
Cooperación público-privada para mantener el liderazgo
Pérez recalca que la promoción turística no es únicamente responsabilidad de la institución municipal, sino una tarea que exige «ir de la mano del sector privado». Destaca que los hoteles, apartamentos, comercios y empresas de ocio «son los que mantienen vivo el destino» y que la administración debe actuar como facilitadora, eliminando trabas, cuidando el espacio público y apoyando el esfuerzo que realizan las empresas en modernización y calidad. Según afirma, el objetivo común es ofrecer un destino competitivo, actualizado y capaz de satisfacer «a un visitante cada vez más exigente».
Las ferias internacionales como escaparate estratégico
El regidor recuerda que Maspalomas tiene presencia estable en las principales ferias de turismo y que esa participación no se limita a mostrar folletos o imágenes, sino a «cerrar reuniones, reunirnos con operadores, abrir puertas y reforzar relaciones». Subraya que estos encuentros permiten pulsar la evolución del mercado, conocer de primera mano los nuevos productos turísticos y detectar oportunidades de cooperación con aerolíneas y turoperadores. Explica que, en este terreno, la constancia es esencial: «Si no vas un año, te olvidan; si vas todos los años, te reconocen».
Relevo en la alcaldía
admite que «hace tiempo» que piensa en dejar la primera línea política y abrir paso a un relevo en su partido, al tiempo que mantiene un discurso muy crítico con la nueva ley de alquiler vacacional, con las jaulas marinas instaladas frente a la costa turística del sur de Gran Canaria y con la deriva del nacionalismo canario, al que acusa de cambiar de siglas sin cambiar de protagonistas ni de prácticas.
Durante la entrevista en El Espejo Canario, el regidor defiende la legitimidad de los mandatos largos cuando se revalidan en las urnas, reclama medios para afrontar las nuevas competencias que llegan a los ayuntamientos y advierte de que la política se ejerce «a base de jornadas maratonianas» que muchos ciudadanos desconocen.
Relevo en la Alcaldía tras dieciséis años de mandato
Pérez confirma que lleva tiempo valorando dar un paso al lado. «Yo hace tiempo que estoy pensando en retirarme», reconoce, y admite que en su formación existe «ese debate interno» sobre el relevo. Insiste en que «hay que coger el relevo» y en que no se trata de falta de fuerzas o de ganas, sino de la necesidad de que otras personas asuman responsabilidades después de tantos años «tirando del carro».
Recuerda que ha pasado «por todas las circunstancias»: ganar y gobernar, perder y estar en la oposición, siempre sometido al juicio de las urnas cada cuatro años. Por eso rechaza las críticas simplistas a los políticos con mandatos largos y defiende que la decisión corresponde exclusivamente a la ciudadanía: «Cada cuatro años hay elecciones. Eso depende de quién esté. Y cada cuatro años hay que presentarse a las elecciones. Y el pueblo te elige democráticamente». A su juicio, «si hay alguien que tiene un pase para estar o no estar en un sitio, es cuando el pueblo te vota o no te vota».
El alcalde también recuerda que su vinculación profesional con la universidad sigue vigente y que no ha dejado de dar clases: «Nunca he dejado de ser profesor de la universidad». Señala que, si finalmente se concreta el relevo, volvería a su puesto docente «sin ningún problema» y que dispone de «un mes» para incorporarse de nuevo en caso de abandonar la Alcaldía.
La ley de alquiler vacacional y el «cajón desastre» municipal
Preguntado por la nueva ley de alquiler vacacional, Pérez admite que todavía no conoce el texto definitivo porque aún no está publicado y asegura que, mientras no pueda leer las disposiciones finales y los cambios introducidos en el debate parlamentario, prefiere ser prudente. Recuerda que el Gobierno les adelantó que habría «varios cambios, varios matices» y que la intención era permitir «determinados juegos» en la aplicación práctica, pero subraya que solo cuando el texto esté negro sobre blanco será posible valorar «quiénes son los grandes afectados o quiénes son los grandes beneficiados».
Más allá del detalle jurídico, el regidor vuelve sobre un reproche recurrente de los municipios: la sobrecarga de competencias sin recursos. Denuncia que «se nos pasa como siempre la pelota a los ayuntamientos» y que las corporaciones locales acaban siendo «como el cajón desastre, donde el trabajo que no quieren hacer las otras administraciones pues le va al niño pequeño y a “hazlo tú”». Recuerda que llevan muchísimos años con la regla de gasto «a margen cero», con «presupuestos sin crecimiento» y sin posibilidad de contratar más personal, más allá de reponer bajas, lo que hace «muy difícil» asumir nuevos cometidos como la gestión de la normativa sobre vivienda vacacional.
En ese contexto, señala la contradicción de exigir más controles sin permitir ampliar plantillas ni dotar de fondos a los consistorios: «Yo tengo que dar las licencias de obra al día a día, yo tengo que recoger la basura al día a día, yo tengo que dar los servicios sociales al día a día, y los que nos pueden ayudar, bien dándonos dinero o bien asumiendo ellos las competencias, no lo hacen».
Vertidos en la costa y cuestionamiento de las jaulas marinas
El reciente episodio de vertidos de restos de pescado en distintas playas de Gran Canaria ha tenido un impacto directo en el municipio que gobierna. Pérez relata que en San Agustín detectan un primer flujo de residuos un viernes por la tarde y que, de manera preventiva, deciden cerrar la playa, balizar la zona y avisar a los usuarios para prohibir el baño mientras se toman muestras y se analiza la situación. Desde entonces, explica, el Ayuntamiento realiza «dos analíticas diarias, una por la mañana y otra por la tarde», y va limpiando los restos que llegan a la costa.
Los materiales se describen como «granos de arroz que cuando los tocan al tacto se disuelven de manera que parece una grasa», residuos orgánicos derivados de peces «que olían mal». Pese a ello, el alcalde afirma que, en el caso de San Bartolomé de Tirajana, «nuestras playas han estado abiertas a los usuarios porque los parámetros de las analíticas nos han dado que eran aptas para el baño». Reconoce que la llegada de residuos fue «masiva» los primeros días, aunque luego se redujo, y apunta que «la parte más gorda le ha tocado a Telde completo, y luego a Mogán».
A partir de ahí, enlaza con un debate de fondo: el de las jaulas marinas o piscifactorías. Pérez es tajante: «Desde el primer momento he dicho que hay que hacer algo con las jaulas marinas». Recuerda que, cuando se empezaron a instalar en el municipio, «los informes de nuestro ayuntamiento fueron negativos» porque, aunque defiende que la cría del pez para comer los seres humanos es necesaria, considera un error que estas instalaciones se ubiquen «justo en la zona donde tenemos el mayor negocio de nuestras islas». Señala que las plataformas de acuicultura se concentran desde el este hacia el sur de Gran Canaria y que no tiene constancia de que haya en la zona norte-oeste, pese a que la isla está «rodeada por el océano Atlántico».
El alcalde se detiene en las consecuencias que no se han previsto adecuadamente en los estudios de impacto: toneladas de peces muertos difíciles de retirar y de gestionar en los vertederos insulares, que «no están diseñados para recibir esas cantidades tan enormes de desechos de peces». Eso obliga a limitar las toneladas diarias que pueden admitirse y alarga la presencia de residuos y malos olores junto a zonas turísticas. Por eso concluye: «Creo que esos estudios hay que rehacerlos y ver que realmente es factible la instalación donde están instaladas».
Guerra de siglas en el nacionalismo y «el mismo perro» con distinto collar
Otro de los frentes de la entrevista gira en torno a la situación interna de Nueva Canarias y la aparición de Primero Canarias. En el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, los concejales que representaban a Nueva Canarias han pasado, explica el entrevistador, a integrarse en Primero Canarias, mientras la formación histórica ha presentado escritos de queja que, según detalla Pérez, han sido desestimados por la Secretaría municipal.
El alcalde hace un repaso irónico de la sucesión de siglas ligadas al mismo espacio político, desde «asamblea de vecinos en Telde» hasta Asamblea Canaria, ICAN o Nueva Canarias, y sostiene que el objetivo ha sido «engañar a la opinión pública» sobre su verdadera identidad ideológica. Lo resume con una frase contundente: «Miren, son el mismo perro, lo único que cada cierto tiempo cambia de collar para que no nos demos cuenta que muerden. Pero son los mismos». A su juicio, los cambios de marca responden a un «problema de ego político» y a disputas por los puestos en las listas: «Los que no se pusieron de acuerdo por los puestos en la lista y han cambiado de sitio».
Sobre el movimiento que lidera Teodoro Sosa, el regidor interpreta que «están intentando renovar la marca y renovar a su vez parte de la dirección del partido», pero insiste en que, «en el fondo, seguimos hablando de las mismas gentes».
Pactos, Vox y el desgaste de los discursos vacíos
En el tablero político canario y estatal, Pérez sostiene que la fragmentación obliga a los partidos a entenderse. Recuerda que él mismo, al frente de la Agrupación de Vecinos de San Bartolomé de Tirajana, mantiene una coalición electoral con el Partido Popular y que «en política hay que entenderse y sobre todo cuando estamos en una situación donde las mayorías son muy difíciles». Extiende esa lógica incluso a Vox, siempre que se trate de fuerzas legales con representación: «Si Vox es un partido que está legalizado y se pueden presentar las elecciones y tiene el refrendo de la ciudadanía, hay que entenderse con él».
Su tesis, provocadora, es que la mejor forma de desenmascarar a determinadas opciones es permitirles gobernar: «Y yo creo que lo bueno es que Vox gobierne para que todo el mundo se dé cuenta de que no tienen cuadro y que no tienen capacidad de gobierno. Fue exactamente lo que le pasó con Podemos». Recuerda cómo en 2011 y 2015 «todos los chavales jóvenes votaron a Podemos» y sostiene que, cuando llegaron al poder, «fue un desastre y todo el mundo salió desfavorecido». Ahora, opina, «los chavales jóvenes van a votar a Vox».
Pérez admite, no obstante, que existe «un fracaso de la clase política» que exige reflexión y cambios profundos. Pero subraya que los cargos públicos forman parte de la misma sociedad a la que representan: «La política y las personas que estamos en política somos parte de la sociedad. No venimos de Marte». Recuerda que sufre «los mismos problemas» que el resto, desde la subida de los precios en el supermercado hasta el encarecimiento del calzado o de la ropa.
El trabajo del político, entre la envidia y la realidad
Frente a la imagen de una clase política privilegiada, el alcalde describe una vida marcada por agendas interminables y falta de tiempo personal. «Ojalá, sinceramente, algunas personas tuviesen la oportunidad de estar conmigo simplemente un día o dos, nada más», afirma. En ese caso, está convencido de que «saldrían corriendo» al comprobar cómo son las jornadas: «Te levantas por la mañana, apenas desayunas, no puedes comer porque no tienes tiempo a comer. Sigue, sigue, sigue, sigue. Te dan las 10, las 11 de la noche, sin parar».
Pérez contrapone esa rutina con la envidia que generan los salarios políticos y reivindica que se trata de un trabajo al servicio de los vecinos, sometido a la presión constante de la gestión diaria y a la crítica pública. Entre la posibilidad del relevo y la defensa de su trayectoria, el alcalde de San Bartolomé de Tirajana deja claro que su futuro político está abierto, pero también que, si finalmente decide retirarse, tiene un camino profesional al que regresar y la convicción de haber jugado «el juego de la democracia» aceptando siempre el veredicto de las urnas.