“Los que queremos la independencia no somos totalitarios”

La canaria Hera Moreno vive en Cataluña desde hace veinte años y su sentimiento es favorable a la independencia de aquella comunidad. No obstante, afirma que “aún es posible seguir caminado junto a España”.

Moreno vive en La Garrotxa, un pueblo de Girona de 900 habitantes desde hace diez años. Otros diez años vivió en Barcelona. Antes de trasladarse a la comunidad del norte de España, ejerció durante más de treinta años como profesora en colegios públicos.

Lo que le sorprendió al llegar a Cataluña fue el contraste con Canarias: “No es que crea que los canarios no tengamos amor por lo nuestro, pero tenemos que recordar lo que nos costó cuando lo que llamábamos los godos nos querían cambiar la forma de hablar, nuestra cultura. Y aquí, en Cataluña, ese amor por lo suyo lo llevan en la sangre”.

Califica de “muy fácil” su integración en Cataluña y reconoce que cuando llegó no tenía ideas independentistas: “Al principio me costaba pensar en Cataluña y España como cosas diferentes”, aunque antes de llegar a esa Comunidad ya era crítica con el Gobierno de España por “cómo los representantes del Gobierno de España en Canarias eran iguales que el propio Gobierno central. Nos dolía más que nos robaban porque hablaban como nosotros”.

Asegura que no habla catalán “y no he tenido ningún problema” porque “no ha habido reclamación para que hablara catalán. Soy yo la que les pido que me hablen catalán”.

El día del referéndum del 1 de octubre lo vivió en Girona “en la que está arraigada el catalanismo más que en Barcelona”. Recuerda que llegaban noticias de que se precintarían los lugares de votación, por lo que “un grupo de vecinos nos fuimos al colegio cuando salieron los chicos. Quitamos las puertas para que no se pudieran precintar y organizamos campeonatos de ping-pong, fútbol, etc.”. Recuerda que nunca en otras actividades u otras manifestaciones vio a todo el pueblo allí afuera, “con personas muy mayores en las primeras filas, como satisfaciendo la aspiración de que antes de morirse pudieran ver por lo que tanto habían luchado”.

El sentimiento independentista no apareció de repente: “Hace muchos años se plantó la semilla de autogobernarse. La autonomía dio una gran respuesta a eso y los catalanes votaron mayoritariamente la Constitución Española. Deberíamos hacernos preguntas de cómo personas que se movilizan tanto ahora aparecen en el otro extremo. ¿Qué paso a toda esta gente para que dieran estos pasos tan contundentes y tan disciplinados?”

Cuando llegó en 1999 la quiebra “no era tan grande”. La clave fue en el año 2006 con el Estatut del que José Luis Rodríguez Zapatero dijo que se aprobaría tal cual lo aprobara el Parlament. “Después el Tribunal Constitucional tardó siete años en dictar sentencia y dijo que no valía.”  Recuerda que la desatención a Cataluña no es toda culpa del PP, “también el PSOE.”

Aunque sea independentista no duda en afirmar que Jordi Pujol es el “PP catalá” y recuerda que ya Pasqual Maragall denunció las comisiones del 3% “y luego tuvo que agachar la cabeza para poder gobernar en Cataluña”.

Los partidos que no quieren separarse de España “no han hecho un buen servicio a los que no quieren irse. Los partidos independentistas aprovechan todas las oportunidades para explicar qué quieren. Es una tristeza, sobre todo por el PSC, que no lo ha hecho, que solo dicen la ley, la ley y la Constitución”.

Descarta la violencia

Moreno descarta que este conflicto degenere en violencia: “No creo que haya violencia entre catalanes, hasta ahora no ha habido y, dado el talante de los catalanes, no lo veo posible”. Afirma que los vecinos pueden sentarse a hablar y “todos podemos decir lo que queremos”.

Afirma que no se trata de un problema de Cataluña, “sino de España”. “El problema no es que Cataluña sea la oveja negra, sino que la familia no se ha adaptado a los tiempos y utiliza el poder y la intolerancia”. A su juicio, todo se resuelve con diálogo: “Cuando hay confusión es cuando hay que hablar. Debemos preguntarnos ¿Qué quiere España? ¿Qué quiere Cataluña? A algún acuerdo podemos llegar. No somos tan totalitarios los que queremos la independencia. Vamos a abrir una puerta distinta a la de la ley por encima de todo. Estoy convencida de que de un diálogo saldrá algo distinto a lo que ambas partes quieren”.

Cree que se aún es posible seguir caminando junto a España: “Cataluña es la avanzadilla. ¿Y Galicia? ¿Y Extremadura? ¿Y Andalucía? A quien le toca ir de avanzadilla le toca llevarse los palos”.