El secretario general del sindicato de enfermería, Satse, en Canarias lamenta que la administración haya optado por "tapar agujeros" y no por establecer una estrategia a largo plazo.
El secretario general del sindicato de enfermería, Satse, en Canarias, Leopoldo Cejas, considera que la situación de la sanidad canaria es “bastante, bastante complicada”, hasta el punto de que “falta muy poquito para llegar al colapso”. Apunta que todo se debe al aumento “enorme” de la presión asistencial al que se une la presión administrativa por el alto número de contagios entre la población en general, lo que crea “una sobrecarga enorme”.
Afirma que las dificultades de las últimas semanas se remontan al 20 de diciembre por el incremento de las solicitudes de certificados covid para asistir a para actos o realizar viajes: “Fue el primer momento de presión que dificultó la labor asistencial”.
Aprender de la pandemia
Considera que, a lo largo de la pandemia, se tendría que haber aprendido “algunas cosas” y “no vender la piel del oso antes de cazarlo”. Así, considera que en los periodos de tranquilidad, la ciudadanía se ha relajado: “Todos teníamos ganas de salir”.
Sin embargo, desde el punto de vista asistencial, la pandemia ha dejado de lado a muchas personas con patologías crónicas “y teníamos que haber tenido una previsión y no decir que podemos tomarnos las cosas con tranquilidad”. Asegura que la administración se ha dedicado a “tapar agujeros y no se ha podido o sabido plantear una estrategia a largo plazo”.
Contagio entre profesionales y jubilados
Afirma que el sistema se encuentra, además, con cifras importantes en el número de contagios entre sanitarios. Así, estima que se sufren unos 20 o 25 contagios diarios de profesionales, llegando el Hospital de La Candelaria a tener 200 contagiados y otras 300 personas en seguimiento: “Ya no podemos determinar dónde se genera un brote, si es el usuario o el sanitario”. Asegura que también hay mucho cansancio entre los profesionales.
Duda de que una solución sea recurrir a profesionales jubilados, pues considera que debería ser el último recurso ya que no es fácil saber si el sistema tendría capacidad de reubicar a profesionales “en situaciones que requieren estar más al día”.