Sergio de la Fe, presidente de la Federación de AMPA de Gran Canaria “Galdós”, y Jonathan Martín Fumero, director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa, llaman a no crear alarma social.
De la Fe señala que el formato de programa televisivo de Alberto Chicote busca ser "bastante efectista", pero reconoce que la preocupación por la calidad de la alimentación en los centros escolares es una preocupación habitual de las madres y padres de alumnos. Así, desde que llegó a la directiva de la federación canaria de AMPA se creó una comisión de comedores y han mantenido varias reuniones con la Consejería de Educación.
Afirma que las familias tienen un problema de conciliación y necesitan que niños y niñas permanezcan en el centro, lo que genera preocupación por lo que comen: "Queremos que se les alimente correctamente y que se les enseñe a alimentarse". Señala que sería injusto decir que lo que muestra Chicote es la generalidad, "pues conocemos buenos ejemplos".
La federación regional de padres y madres de alumnos han pedido una reunión urgente con la Consejería y "la respuesta ha sido inmediata y tenemos programada una reunión al máximo nivel".
Los padres conocen los menus
Por su parte, Jonathan Martín Fumero, director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa, señala que el programa de Alberto Chicote ha realizado una versión del programa "según entienden el periodismo". Recuerda que el programa pidió ver un comedor y él mismo participó en el programa "sin ningún tipo de problema". Después acordaron visitar un centro en una inspección sanitaria.
Asegura que la generalidad de los comedores escolares no es que se come mal. Señala que hay 477 comedores, de los cuales 154 se realizan en gestión directa y el resto en catering. Afirma que muchos de los centros tienen un nutricionista e incluso empresas que hacen control de calidad. Además, apunta que los padres conocen los menús y cómo se gestiona el comedor escolar a través de los consejos escolares.
Señala que aunque se realicen inspecciones sanitarias, pueden existir fallos. Sin embargo, afirma que las inspecciones detallan más errores de infraestructuras que de los productos alimentarios o las condiciones higiénico-sanitarias. En el último año solo han recibido una queja y señala que han actuado para corregir la situación.