Isidro Hernández, conservador de la colección TEA, destaca que es «muchos artistas a la vez», capaz de reinventarse en cada periodo de su trayectoria.
La reciente venta en París por 3,7 millones de euros de la obra El juego de la lógica —una de las piezas más singulares del periodo surrealista del artista lagunero— consolida a Óscar Domínguez como el pintor canario más cotizado en el mercado internacional, según explica Isidro Hernández, conservador de la colección TEA.
La pieza, que salió a subasta por un millón de euros, triplicó su precio de partida en la sala parisina Sousiovis, un resultado que Hernández interpreta como una confirmación del interés global por Domínguez. Recuerda que su obra está presente en grandes colecciones de Nueva York, París, Hong Kong y Madrid, y que ningún otro artista canario ha alcanzado ese nivel de reconocimiento internacional.
Un creador de múltiples etapas
Hernández subraya que Domínguez es «muchos artistas a la vez», capaz de reinventarse en cada periodo de su trayectoria. Aunque los años treinta —su etapa más surrealista— concentran las cotizaciones más altas, los años cuarenta y cincuenta siguen ofreciendo obras valiosas y aún por estudiar, si bien sus precios en el mercado secundario se sitúan muy por debajo de los de su primera época.
La historia y el simbolismo de El juego de la lógica
La obra, fechada en 1938, fue expuesta en Oslo en una muestra de arte abstracto y surrealista. Conocida también durante décadas como La máquina de escribir, la investigación reciente permitió recuperar su título original. En el cuadro, una máquina de escribir se alza sobre un acantilado, con teclas convertidas en ojos que parecen desbordarse del mecanismo. Para Hernández, se trata de una metáfora del choque entre la naturaleza y la tecnología: la lógica mecánica se quiebra ante la fuerza del mundo natural.
Naturaleza y progreso: un diálogo central en Domínguez
El conservador de TEA recuerda que el pintor lagunero creció rodeado de acantilados, valles y grutas, un paisaje que marcó su mirada artística. En su obra es recurrente la tensión entre el avance tecnológico y la persistencia de lo natural, una reflexión que aparece también en pinturas como La apisonadora y la rosa, donde la delicadeza de un gesto simbólico detiene el avance destructivo de la máquina.
Una nueva exposición en Tenerife
Hernández anuncia además que TEA inaugurará el 12 de diciembre una exposición dedicada a Óscar Domínguez y su obra gráfica, abierta hasta el 15 de marzo. Una oportunidad, afirma, para seguir profundizando en un creador cuya complejidad estética y fuerza imaginativa continúan despertando interés dentro y fuera de Canarias.