Bernardino Santana Rivero, adjunto a la presidencia de Fedeport y consejero de Boluda y Suárez, recuerda que «Canarias paga cinco veces el coste de generación respecto a la península».
Bernardino Santana Rivero, adjunto a la presidencia de Fedeport y consejero de Boluda y Suárez, apunta a la parálisis normativa como el gran freno de la eólica marina en España y, en particular, en Canarias. «Todo esto está parado y únicamente por una falta de regulación… a una simple orden ministerial. Es decir, una voluntad política de hacerse o no hacerse», dice. A su juicio, el archipiélago paga un sobrecoste energético «cinco veces» superior al de la península y la puesta en marcha del sistema permitiría «ahorrar sobre unos 115 millones de euros anuales». En paralelo, defiende la fortaleza del sistema portuario grancanario: «El Puerto de Las Palmas es indestructible».
La eólica marina, a la espera de una firma
Para Santana, el bloqueo no obedece a falta de músculo industrial: «España dispone del 75% de la cadena de valor industrial necesaria y lidera tecnológicamente el mundo: 11 de las 13 primeras plataformas flotantes se han fabricado en España y 14 de los 50 prototipos en estudio son españoles». Subraya que todo «está parado por una simple orden ministerial» y que el retraso «perjudica» al tejido industrial y a la competitividad, además de perpetuar el sobrecoste eléctrico en Canarias. «Es el contribuyente quien lo paga», afirma.
Impacto económico y ambiental
El dirigente portuario insiste en la balanza coste-beneficio: «Canarias paga 5 veces el coste de generación en referencia a la península», repite, al tiempo que cifra el ahorro potencial «sobre unos 115 millones de euros anuales» si se activan los parques marinos. Añade que la reducción de emisiones sería notable en un sistema «que desafortunadamente está entre los que más consumen combustible fósil». «Pocas soluciones son tan efectivas como la eólica» para dejar de «echar… porquería al medio ambiente», dice.
Puertos preparados y flexibilidad en las terminales
«Hace como cinco años ya se decidió iniciar todo el proceso para que tuviéramos una infraestructura adecuada» para la eólica marina en Las Palmas; y cita también el puerto de Granadilla (Tenerife) como «una infraestructura fantástica». Señala, además, que Puertos del Estado ha dotado «160 millones de euros» para adaptaciones. Advierte, eso sí, de una «incongruencia»: si un inversor desarrolla una terminal exclusiva para eólica «termina su inversión», pero «no puede desarrollar la actividad» sin normativa, mientras «los costes y las tasas portuarias sí que los tienes que abonar». La posible «polivalencia» en terminales sería, dice, una «gran solución» replicable en Ferrol, A Coruña, Cádiz o Cartagena.
Una terminal de cruceros a la altura del puerto
Santana enmarca el reciente auge del turismo de cruceros en la mejora de las infraestructuras. Atribuye el buen rendimiento a «administrar bien los recursos públicos y gestionar bien» en colaboración con la iniciativa privada, y valora el papel de la nueva terminal —«de casi 1.500 metros» y con capacidad «para cuatro o cinco buques»— impulsada por «una familia con muchísima admiración y respeto en el puerto como es la familia de los Socas». «La idea de crear una terminal a la altura de las necesidades hizo que eso se gestionara desde el punto de vista medioambiental» y del servicio, sostiene.
El reloj internacional y la presión de Marruecos
Santana compara ritmos europeos —Francia, Reino Unido, Italia— y recuerda el precedente luso: «Portugal tiene ya un parque eólico en pleno funcionamiento con Navantia». Advierte de la pujanza marroquí: Rabat «acaba de aprobar 1.000 megavatios» en su Atlántico y «sería triste» que, «habiendo empezado antes», España quedara atrás «por una paralización política». «Ellos podrían estar disponibles para 2029; nuestra mejor expectativa… 31, 32», apunta, y llama a medidas que reviertan unas «previsiones» que, si no se actúa, «son que nos adelanten».
Cooperación canaria y racionalidad económica
Preguntado por una eventual racionalización de puertos, responde que «hay una tendencia a nivel europeo» y que, desde la «racionalidad económica», una gestión integrada «tendría todo el sentido del mundo» y «mejoraría» la competitividad exterior. Recalca, no obstante, la sensibilidad política del asunto y puntualiza que Tenerife y Las Palmas «no son competidores» en sentido estricto; el «gran competidor» está en «los países emergentes» del entorno. «El Puerto de Las Palmas es indestructible», resume, también tras «gestiones cuestionables» o decisiones erradas, porque «se regenera a sí mismo».
Relevos generacionales y continuidad
Sobre el empresario José Juan Ramos, subraya su influencia «muy positiva» y el «éxito» del relevo en la Federación. «Esto es una carrera de relevo», dice, con la vista puesta en que «las nuevas generaciones» sostengan el impulso empresarial y asociativo del sector.