El representante vecinal afirma que los vecinos del barrio de Las Torres (Las Palmas de Gran Canaria) no dan por válidas las promesas verbales de la alcaldesa, Carolina Darias.
El representante vecinal Juan Angulo González afirma que los vecinos del barrio de Las Torres, en Las Palmas de Gran Canaria, no dan por válidas las promesas verbales de la alcaldesa, Carolina Darias, y exigen un acuerdo aprobado en pleno que blinde por escrito la permanencia de las casas terreras frente a las previsiones del nuevo Plan General. Asegura que ya han presentado un contencioso-administrativo y pedirán como medida cautelar frenar la tramitación hasta que el barrio sea reconocido como «consolidado».
Un desencuentro tras las promesas verbales
Según Angulo, el encuentro con la alcaldesa dejó «más de lo mismo»: una declaración pública de que «no iba a pasar nada» con las viviendas autoconstruidas, pero sin respaldo escrito, sin llevarlo a pleno y sin corregir la documentación ambiental en tramitación. «No la creemos», resume, al tiempo que demanda un compromiso formal refrendado por el gobierno municipal y la oposición.
El representante vecinal sostiene que el 5 de este mes registraron un recurso contencioso-administrativo contra la evaluación ambiental y que su siguiente paso será solicitar la suspensión cautelar del procedimiento urbanístico «hasta que se nos recoja». «Empezar desde cero», dice, si no se reconoce por escrito que Las Torres es un barrio consolidado.
Los vecinos reclaman dos garantías inmediatas: un acuerdo de pleno que explicite que «las casas de Las Torres no se van a tocar»; y la inclusión expresa del barrio, con su tipología de «casa terrera», en la evaluación ambiental y en el planeamiento que la desarrolle.
Consideran imprescindible ese paso para evitar que, «en diez años», un cambio puntual permita «meter una torre de 12 plantas en el centro del barrio» y forzar a las viviendas colindantes a levantar cuatro alturas, alterando la fisonomía y el arraigo social.
Riesgos de gentrificación
Angulo describe Las Torres como un enclave «muy goloso» por su localización —entre Juan Carlos I, el Hospital Doctor Negrín y el Estadio de Gran Canaria— y alerta de presuntas presiones para densificar. «Es un barrio que han construido los propios vecinos, con historia y cultura; no vamos a permitir que se pierda su tipología», afirma. A su juicio, el planeamiento abre la puerta a un «gran negocio» inmobiliario similar a experiencias urbanas polémicas en Guanarteme o en el entorno del canódromo, citadas como precedentes.
La evaluación ambiental, en el centro del conflicto
El portavoz acusa a la Evaluación Ambiental Estratégica de «no reconocer» a Las Torres como barrio consolidado y de estar «fuera de ley» —menciona la Ley 21/2013—, extremo que el Ayuntamiento, según dice, no corrige pese a haberlo pedido en la reunión. «Si no lo recoge ahora, más adelante podrán hacer lo que quieran», sostiene. Por ello, supedita cualquier retirada del recurso a que el reconocimiento conste en la documentación oficial.
El movimiento vecinal insiste en que no se opone al desarrollo urbano ni a que se construya vivienda, «pero en los solares vacíos», y siempre preservando la trama de casas terreras. «Que se nos respete», reclama Angulo, quien pide al Ayuntamiento que «apague la llama» no con promesas, sino con «escritos» que den seguridad jurídica a los residentes.
Próximos pasos
La plataforma vecinal aguardará la respuesta al contencioso y activará la solicitud de medidas cautelares. En paralelo, mantendrá la interlocución política para que el pleno «blinde» por escrito el estatus del barrio. «Si el Ayuntamiento quiere evitar años de conflicto, que lo apruebe y lo incorpore ya a la evaluación ambiental», concluye Angulo.