➤ «La ciudad sigue teniendo una de las mejores aguas de España para consumo» ➤ «Tenemos que hacer la nueva depuradora sí o sí» ➤ «Esta ciudad no puede ser una ciudad que a las 10 de la noche acabe todo»
La presidenta de la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria y concejala de Aguas y de Carnaval, Inmaculada Medina, afirma que la ciudad «sigue teniendo una de las mejores aguas de España para consumo», con análisis diarios y respuesta inmediata ante cualquier desviación. Reivindica la colaboración con la empresa mixta Emalsa y el fin de una etapa de desconfianza: «Estamos en una relación muy buena, muy cordial, muy de entendimiento», orientada a renovar redes, colectores, tanques de tormenta, depuradoras y desaladoras. «Yo bebo agua del chorro», dice, para remarcar la confianza en el sistema.
Inversiones estratégicas del ciclo integral del agua
La edil sitúa como prioridad el plan 2024-2033 del ciclo integral del agua, con inversiones estimadas en 857 millones de euros y participación de todas las administraciones. Adelanta que el Ministerio ha comprometido 100 millones para una nueva depuradora, con suelos definidos y tramitaciones ambientales en curso. «Tenemos que hacerlo sí o sí», afirma, y pone en valor la capacidad del gobierno municipal para captar fondos europeos.
Medina recalca que la relación entre el Ayuntamiento y la empresa mixta Emalsa se ha recompuesto desde 2015, tras una etapa de desconfianza: «Estamos en una relación muy buena, muy cordial, muy de entendimiento», orientada a ejecutar «todos los avances que son necesarios» en redes, depuración y desalación. Defiende ese modelo de colaboración para sostener inversiones y servicios.
Vertidos y malos hábitos: «no todo puede ir al váter»
Medina respalda las campañas contra el uso incorrecto de toallitas y recuerda que ni toallitas ni algodones deben tirarse por el inodoro. «Eso va al contenedor», subraya, enlazando con la necesidad de educación cívica para proteger la red de saneamiento y las instalaciones de depuración.
Convivencia entre ocio y descanso
En otro orden de cosas, Medina defiende un modelo de ciudad que compatibiliza actividad cultural y descanso vecinal. «Esta ciudad no puede ser una ciudad que a las 10 de la noche acabe todo», afirma, al tiempo que subraya la obligación de cumplir sentencias y «buscar ese equilibrio» con medidas correctoras y control en el espacio público. «Vamos a intentar conciliarlo», insiste, convencida de que el ocio genera empleo y dinamiza la economía local.
Medina reconoce que «cada vez hacemos más vida diurna», pero defiende el derecho a disfrutar de la noche bajo reglas claras: control del espacio público al cierre de locales para evitar botellones, cumplimiento de sentencias y acuerdos —como el de Santa Catalina (2015)— y compromiso con la convivencia. «No todo puede ser trabajo o tristeza», sostiene, partidaria de ofrecer conciertos y actividades gratuitas en espacios abiertos para llegar a todos los públicos.
Medina explica que el carnaval de día y familiar se mantiene en Santa Catalina y su trasera, mientras que el circuito nocturno se concentrará en fines de semana «en horario ya a partir de las 9 de la noche», con sectores por edades entre la zona del Refugio, el entorno del Mercado, Agustín Millares Sall, Plaza de La Luz y Manuel Becerra. Defiende que la programación real son «dos fines de semana intensos», no «un mes y medio de fiesta», y recalca que todo evento cuenta con planes de seguridad, movilidad y asistencia sanitaria.
Limpieza urbana: un gran contrato en la «recta final»
Sobre la limpieza viaria, señala que el nuevo contrato está en tramitación en intervención, asesoría jurídica y órganos fiscalizadores. «De 400 millones, pero es para 8 años», puntualiza, con fuerte inversión en maquinaria y personal. Añade que, mientras tanto, el área municipal ejecuta planes de choque y mantenimiento urbano, e invita a la ciudadanía a corresponsabilizarse: «También deberíamos contribuir todos a que limpiemos, pero tampoco los ciudadanos ensuciemos».
«La oposición no se hace a golpe de tribunales»
Preguntada por el clima político, opina que en el Ayuntamiento se abusa de la vía contenciosa: «La política tiene que ser más respetuosa entre todos», afirma, y marca límites cuando se involucra a las familias en la confrontación. «Por ahí no», zanja.