Fermín Delgado, viceconsejero de Hacienda, Planificación y Asuntos Europeos, calcula una caída de entre 500 y 600 millones en la recaudación de impuestos.
El Gobierno canario confía en el Gobierno central para cuadrar las cuentas de la Comunidad, pues sin esa aportación, será difícil hacer frente a la reducción de ingresos motivada por la crisis de la covid-19, según señala Fermín Delgado.
Apunta que el Estado debe resolver las incertidumbres respecto de los ingresos, pues aún no se dispone de objetivos de la regla de gasto, ni se ha informado de cómo se realizarán las entregas a cuenta del sistema de financiación autonómico: “Sin esto, va a ser un roto difícil de cubrir. No solo para nosotros, sino para todas las comunidades autónomas”. Afirma que la alternativa sería que se permitiera a las comunidades autónomas asumir por sí mismas mayores niveles de endeudamiento.
Convenio de carretera
Por otra parte, señala que es clave que lleguen cuanto antes los 500 millones de euros pendientes del convenio de carreteras, “ahora es el mejor momento” y lo apropiado es “darlo de golpe y que se pueda gastar en todo tipo de inversiones”.
Asegura que el sector de la construcción es un hoy uno de los principales tractores de la actividad económica debido al parón del sector turístico. Lo que se necesita, apunta, es que el sector público anime y empuje “todo lo posible” para intentar ejecutar este año todo lo pendiente en el convenio de carreteras y preparar todos los proyectos para el próximo año.
Merma en los ingresos del IGIC
Sobre la recaudación del IGIC, Delgado señala que, aunque se recuperó “un poquito” en el mes de julio, con la caída del turismo en agosto y septiembre “ha ido a peor”. Así, estima en unos 500 o 600 millones de euros la caída de ingresos en el conjunto de los impuestos con respecto de lo previsto. Constituiría una merma en torno al veinticinco por ciento.
Difícil temporada turística
El viceconsejero considera que la temporada turística de invierno está “muy complicada” y solo se podría salvar, al menos parcialmente, “si tuviéramos unos datos epidemiológicos mejores”. Señala que si no se logran reducir, los países emisores no tienen seguridad para enviar a sus ciudadanos: “Hay que bajarlos y estamos haciendo todos los esfuerzos”.
Estima que en cuanto mejoren esos datos, la recepción de los emisores es buena, pues “somos un destino muy potente y muy competitivo. No hay que tirar la toalla”.