La vicepresidenta del comité de empresa de la Dirección General de Hemodonación y Hemoterapia, Jenifer Jerez, describe una situación límite, donde la caída de la actividad mantienen al sistema en un nivel de riesgo constante.
La vicepresidenta del comité de empresa de la Dirección General de Hemodonación y Hemoterapia, Jenifer Jerez, describe una situación límite en el Banco de Sangre de Canarias, donde la falta de personal y la caída de la actividad mantienen al sistema en un nivel de riesgo constante. Aunque los problemas administrativos que dejaron a parte de la plantilla fuera de alta en la Seguridad Social ya están regularizados, Jerez advierte de que el origen de la crisis es mucho más profundo: «Seguimos con una gestión pésima y una política continuista que nos mantiene en semáforos críticos derivados a diario», asegura.
Una gestión sin rumbo
Según explica, la inestabilidad directiva ha marcado el funcionamiento reciente del organismo: «En dos años hemos tenido tres directores generales, todos con la misma política continuista». A ello se suma un dato central: desde el 1 de enero no se ha contratado a ningún trabajador, pese a bajas, vacaciones, permisos y jubilaciones. La plantilla, afirma, está «claramente mermada» y la actividad asistencial se ha reducido de forma drástica.
Solo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Jerez calcula más de 620 colectas menos en la calle en lo que va de año, lo que supone más de 6.000 productos hemoterápicos menos disponibles para los hospitales. «Esto claramente supone menos abastecimiento y que se hayan tenido que suspender operaciones programadas», afirma. Según señala, incluso se llegó a suspender un trasplante pulmonar el pasado mes de mayo.
Semáforo en rojo permanente
La consecuencia directa es que el archipiélago no alcanza las 300 bolsas diarias que necesita para un funcionamiento básico. «Nos movemos entre el semáforo amarillo y rojo todos los días», advierte. En los grupos sanguíneos más frecuentes en Canarias —A positivo y 0 positivo— la escasez es constante, por lo que las reservas se destinan únicamente a situaciones de urgencia, dejando en suspenso intervenciones programadas y alargando las listas de espera.
Jerez recuerda que hasta hace unos meses el Banco de Sangre publicaba diariamente ese semáforo, pero la información ha dejado de difundirse. «Habría que preguntar por qué se ha dejado de publicar», señala, insinuando que la gravedad de la situación es conocida internamente.
Obstáculos para donar
La vicepresidenta del comité subraya que Canarias nunca ha tenido una cultura fuerte de donación de sangre, pero insiste en que el problema actual no se debe a la falta de voluntad ciudadana, sino a la reducción de puntos disponibles. «Hay menos guaguas en la calle, menos visitas a empresas y colegios, y no vamos a las islas periféricas; a La Gomera hace más de un año que no vamos», afirma.
Sin espacios accesibles, la captación cae aún más. «Entre que no partimos de una cultura grande de donación y que ponemos problemas para que la ciudadanía encuentre puntos cercanos y fáciles, pues claro, es una bomba que se suma», explica.
Falta de sistemas, planes y control
Jerez detalla además déficits estructurales que agravan la situación: «Somos el único banco de sangre que no tiene ningún certificado de calidad, no tenemos un programa de información, se siguen malgastando recursos y se desechan bolsas». El plan estratégico para el plasma no se está cumpliendo y la desvigilancia —es decir, el sistema de control de los componentes sanguíneos— «está parada porque el organigrama no está actualizado».
«Es una desidia», resume. «Se está incumpliendo el decreto de integración y no somos un banco de tejidos».
Llamamiento urgente a donar
La representante sindical admite que la situación genera alarma interna: «Si la ciudadanía tuviera acceso al ‘stock’ diario estaría bastante más alarmada». Y lanza un aviso contundente: «Cuando se mueran dos o tres personas por culpa de esto, ya veremos cómo se resuelve».
Aun así, insiste en que la población no debe pagar los errores de gestión: «Hacemos un llamado a la colaboración ciudadana para que acudan a donar. Es bastante necesario y no tiene por qué pagarlo un paciente que espera una intervención o un simple tratamiento».