El vicepresidente de la corporación, Miguel Ángel Pérez del Pino, espera que, a lo largo del sábado, pueda abrirse el segundo carril de la vía.
El vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Ángel Pérez del Pino, rechaza la acusación de dejadez en el mantenimiento del muro que cedió este martes y que ocasionó un caos circulatorio en la carretera GC-1 de Las Palmas de Gran Canaria. Señala que el pasado mes de enero se fisuró el asfalto y se procedió a repararlo, pero en abril volvieron a surgir fisuras y, a partir de entonces, se ha venido haciendo una evaluación continua: "Nadie pensó que se iba a caer el muro".
Asegura que el Cabildo hace un mantenimiento habitual de los distintos muros, pero señala que las lluvias recientes han ido moviendo materiales, lo que ha ocasionado que uno de los muros cediera este martes: "No se ha hecho ningún tipo de dejación de funciones".
Vuelta a la normalidad después del verano
A partir del martes se ha realizado una actuación de emergencia, encargando una obra por importe de 1,5 millones de euros para realizar un desvío provisional. Pérez del Pino espera que a lo largo del sábado se proceda a la apertura del segundo carril de la vía para aligerar el tráfico. Señala que hay "total garantía" de que pueda soportar la carga de tráfico, porque solo se permitirá el paso a vehículos ligeros y no a los pesados. La obra más general que devuelva la normalidad a la vía se realizará, previsiblemente, en torno a los meses de verano.