Mónica García, presidenta de Unión Kellys Tenerife, afirma que las cargas y los ritmos de trabajo son «inaceptables» con hasta treinta habitaciones cada día.
El noventa por ciento de las kellys, camareras de piso en los establecimientos hoteleros, se automedica, y de ellas, el ochenta por ciento se prescriben a sí mismas los medicamentos para soportar el dolor del trabajo diario.
Un trabajo equivalente al deporte de élite
La situación «lleva así mucho tiempo», afirma Mónica García, presidenta de Unión Kellys Tenerife, que señala que en los últimos tiempos ha empeorado «a pasos agigantados». Indica que ya no es solo el consumo de la medicación para paliar el dolor, sino también para combatir la ansiedad y los trastornos psicológicos que les produce el trabajo.
Señala que las cargas y ritmos son «inaceptables», con hasta treinta habitaciones que hay que limpiar cada día, cuando una cifra algo más normal no debería superar las diecinueve. Se trata de un trabajo similar «al de un deportista de élite» en el que cualquier día «puede ser apoteósico».