➤ «Hemos conseguido una ayuda del Gobierno de España por importe de 100 millones para esa infraestructura» ➤ «Contaremos con nuevos sensores, con inteligencia artificial, para detectar fugas» ➤ «Hoy somos un ejemplo a seguir, un gran ejemplo de colaboración público-privada entre el Ayuntamiento y Emalsa»
La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, sitúa el agua en el centro de la agenda municipal. Explica que la ciudad encara un cambio de escala con una nueva planta de depuración que aliviará la capacidad límite de Barranco Seco y permitirá «llegar a lo que nosotros creemos en nuestro objetivo y criterio, que es el vertido cero». «Estamos ahora ya ultimando la ubicación de la depuradora. La tenemos ya bastante avanzada», añade, y recalca la urgencia: «es perentorio, urgente, poner en marcha una nueva depuradora».
Darias precisa que el proyecto cuenta con financiación estatal: «Hemos conseguido una ayuda del Gobierno de España aprobada en el último Consejo de Ministros del año pasado, por importe de 100 millones para una depuradora». Subraya que se trata de «una gran infraestructura» y que los trabajos más complejos —suelo, permisos y tramitaciones— están en la fase final de definición para poder iniciar la ejecución cuanto antes.
Nueva desaladora para asegurar el suministro
El segundo eje del plan pasa por reforzar la producción de agua: «Sería hacer una nueva desaladora en la salida norte de la ciudad para producir otros 85.000 metros cúbicos de agua diaria». La alcaldesa recuerda que la desaladora actual, pionera en el país, arrastra «obsolescencia importante» pese a su «optimización» y que la seguridad del sistema exige prevención y capacidad de respuesta porque «tenemos solamente capacidad de reserva para 24 horas».
Red de saneamiento: renovación intensiva y soluciones sin zanja
El tercer eje incide en la red: «Estamos llevando a cabo importantes renovaciones en la red de saneamiento», enumera, con actuaciones en Sor Simona, Juan Manuel Durán y el nuevo colector del Paseo de Chile, además del plan con el Cabildo para la Isleta, donde «prácticamente tiene más de 50 años la red» e incluso «hay zonas en las que no hay red». Detalla el uso de técnicas de rehabilitación sin obra abierta: «en la calle Clavel, sin abrir la zanja, se le pone por dentro otro tubo al existente para reforzarlo». El programa incluye «nuevos tanques de tormenta» y «más de mil kilómetros de nuevas redes».
Gobernanza y reglas: reglamento, vertidos y tarifas
Darias reivindica el trabajo normativo reciente para sostener las inversiones: «Hemos actualizado el reglamento de saneamiento, que llevaba más de 20 años sin actualizarse. Hemos aprobado una nueva ordenanza de vertidos y hemos actualizado también la tarifa del agua, que no se ha actualizado desde el año 2009», con énfasis en «una tributación mucho más justa» y en las familias. La alcaldesa subraya que estas herramientas facilitan planificar, priorizar y ejecutar con estabilidad.
Digitalización e inteligencia artificial: detección temprana de fugas
El Ayuntamiento integra tecnología en todo el ciclo del agua: «Hemos sido beneficiarios con un PERTE de digitalización; tenemos nuevos sensores a lo largo de toda la red que nos está permitiendo con inteligencia artificial… ser capaces de detectar fugas». Para Darias, esta capa de datos aporta anticipación operativa y eficiencia, tanto en la producción como en el saneamiento.
La regidora remarca el cambio en la relación con Emalsa: «Hoy somos un ejemplo a seguir, un gran ejemplo de colaboración público-privada». Atribuye la mejora a un proceso sostenido que «ha costado mucho» y que se traduce en coordinación para acelerar inversiones —incluido un posible contrato-programa— y mantener la calidad del servicio. «Estamos aplicando para seguir avanzando y modernizando la ciudad», resume.
Planificación a largo plazo
El Plan Estratégico del Ciclo Integral del Agua 2024-2033 se integra en las grandes estrategias de ciudad —«más Próxima, más Cuidada y más Sostenible»— para «vislumbrar el futuro a 15, 20 años vista». Darias defiende esta hoja de ruta como palanca para cerrar la brecha de infraestructuras, elevar la resiliencia hídrica y garantizar un estándar ambiental acorde con los retos climáticos y de crecimiento urbano. «Quien aspira a gobernar una gran ciudad necesita establecer las bases planificadoras de su futuro», afirma.