Carmen Vicente Cabañas, copropietaria de los Gimnasio Crossfit Canarias y Crossfit Lanzarote, nos cuenta que a pesar de cesar la actividad ha tenido que seguir pagando los gastos generales de la empresa.
Con la declaración de la situación de alarma los gimnasios tuvieron que paralizar su actividad en seco, sin embargo, al igual que la mayoría de las empresas han tenido que continuar asumiendo sus gastos generales.
En el caso de Carmen Vicente Cabañas, copropietaria de los Gimnasios Crossfit Canarias y Crossfit Lanzarote, a pesar de –“haber cesado la actividad al 100% y con ingresos cero hemos tenido que continuar pagando los alquileres, el autónomo del pasado mes de marzo también nos lo pasaron y el impuesto trimestral también lo cobraron. Por lo que hemos tenido que practicar un ERTE a los 8 trabajadores de ambos gimnasios”.
Hasta ahora los gimnasios venían gozando de una magnífica salud en cuanto al número de usuarios que a partir de ahora -“aunque volvamos a abrir, siempre se hará con muchas medidas extraordinarias y el espacio se quedará en un 40% de aforo máximo de las personas que puedan entrar por hora”.
A esta circunstancia hay añadir la inversión que tendrán que realizar los gimnasios para acondicionar el espacio para la práctica deportiva –“hay que tener en cuenta los gastos diarios para desinfectar cada zona, cada material, para darle a cada usuario un kit que necesita para poder desinfectar y todo esto con los mismos gastos generales y con menos usuarios”, añade Carmen Vicente Cabañas.