«Sinceridad»

Francisco J. Chavanel

En el Partido Popular se vive una ola de sinceridad rayana con el fanatismo. Las cosas no pueden ir peor para Cristina Cifuentes. Comparece en la Asamblea de Madrid, explica “sinceramente” cuán grande es el caudal de su honra y, a pesar de su colosal esfuerzo, casi nadie la cree. De repente le cae encima una investigación por lo Penal de la Fiscalía, a petición de la Universidad Juan Carlos I; una moción de censura que colocará en una posición de intensa “sinceridad” a Albert Rivera; y una componente del tribunal que supuestamente aprobó su máster dice con honestidad brutal que su firma fue falsificada.

Sin embargo Cifuentes todavía mantiene el tipo. Dice que lo de la Fiscalía le viene bien pues así se sabrá la verdad auténtica. Debe de estar de atar la señora presidenta de la Asamblea de Madrid. La Fiscalía se mueve por órdenes y por jerarquías, y a esta Fiscalía la ha nombrado completita el Partido Popular. Puede que Cifuentes espere de sus colegas y camaradas un trato singular como el recibido por la infanta doña Cristina en el caso Noos, aunque ella no es infanta, ni tiene sangre real, ni tampoco parece que demasiados estudios.

Hay un problema para las personas que se atribuyen todo el rato cualidades esotéricas como la sinceridad absoluta, la lucha noble y permanente contra la corrupción, la transparencia por encima de lo transparente. Esas personas tienen puesto un altar a lo blanco y a lo negro, como si fueran gurús de aldeas, desconociendo que en su evolución el ser humano descubrió el fuego y, por lo tanto, el frío y el calor, y también todos los matices que van desde lo gélido a lo volcánico. Hay matices en todos los seres humanos, en todas las políticas y en todos los políticos, como hay colores intermedios que definen perfectamente un pensamiento, una forma de actuar.

Cifuentes seguramente será sincera cuando afirma que esto le pasa por combatir la corrupción en el PP. Habla de fuego amigo; habla de sus especiales relaciones en un partido que se desgarra por las peleas internas; habla de esas especiales relaciones con determinados miembros que están o estuvieron en la cárcel de los que parece imposible que no obtuviera información de sus devaneos malversadores. Esas relaciones -o si lo prefieren en singular: esa relación- marca un encuentro en el poder entre dos personas de distinto sexo que no combaten de igual forma la corrupción.

La una robó lo que no está en los escritos, y está demostrado lo que hizo con y sin Esperanza Aguirre, y la otra, tal vez llevada por un síndrome compasivo de que en este país siempre hay que aparentar más de lo que se es porque si no te tiran del campanario, se compra másters y pedigrís para disfrazarse de esa clase de loba intelectual a la que nadie podrá rechistarle. Y hay que decirlo: la competencia entre mujeres en el Partido Popular es salvaje. En Canarias, tenemos una extraordinaria: la que enfrenta a Mercedes Roldós con Australia Navarro, una médico, la otra abogada, las dos enseñándose los dientes y los currículum por que ver quién se queda con el control del partido en la provincia oriental. Porque eso sí, Asier Antona no cuenta el pobre en esta hora: bastante tiene con mantenerse vivo en medio de un universo que lo ignora.

Mentando a Asier. Dijo ayer que le garantiza a sus “amigos” de Nueva Canarias que la bonificación aérea del 75% está hecha, que aunque no aparezca en los presupuestos eso se arregla vía enmiendas. Me encanta este toro. Román le saca la muleta, lo cita en los tercios atrayéndolo con aquello de si no se aprueba lo del 75% eso será una línea roja y, por lo tanto, no apoyaremos los presupuestos, y Asier embiste haciendo de actorazo mientras Roldós se ríe: hace una semana que ella lo pregonó en nombre de Rajoy. Que nadie se inquiete -dijo- lo del 75% lo daremos.

Antona es sincero como Cifuentes. Ayer le preguntaron por un resbalón de hace veinte días, por otra parte muy normal en alguien que carece de la suficiente experiencia en el mando regional. ¿Por qué sigue Luis Ibarra al frente del Puerto de Las Palmas? ¿No dijo usted que iba a ser relevado por Juan José Cardona?… Respuesta: no, no, yo no dije nada, fueron ustedes, los medios de comunicación, los que lo comentaron. Yo no dije nada… Ay mentirosillo. Sí lo dijo; se lo dijo a su gerontocrático aliado de El Sebadal, al propietario de Canarias7 y Videoreport, y este lo difundió sobre la marcha para recordarle a Asier que él es su dueño y para recordarle de paso a Cardona que también él es su dueño.

Vuelvo a Cifuentes. La pureza, la excelencia, el futuro del PP. Otros tienen otros planes para Cristina. Por ejemplo: una pronta defunción. Rajoy pensará que mientras se entretengan con la presidenta de Madrid él podrá continuar camino a su reelección interna y, quien sabe, si a pactar la caída de la blanca paloma con Ciudadanos a cambio de estabilizar el gobierno de la Nación hasta el 2020. Todo podría ocurrir. La entrada en juego de la Fiscalía significa que una parte fundamental de la acusación Cifuentes está en manos del Gobierno. Para lo bueno y para lo malo. Será Rajoy el que decida si la protege o la tira por el desagüe.

En la batalla tan sincera que se vive en el PP para elegir al mismo candidato por doce años consecutivos lo de Cifuentes es un problema menos. Y si da información a quien le ofrece una salida digna mejor que mejor. Lo que quiere Rajoy es que la tribu de matarifes que le rodea, esa constelación de sinvergüenzas, golfos varios, y corruptos de distintos pelajes, y que ambicionan sucederle, se acabe matando entre ellos y lo dejen como única opción. O con la opción de elegir “sinceramente” a quien él prefiera.