«Sesión de filibusterismo»

Francisco J. Chavanel

Ayer sus señorías en el Parlamento de Canarias nos dieron otra demostración de que parte del sueldo que reciben no lo merecen. Una parte importante, además. Con todo lo que está cayendo sobre la sanidad pública, la pérdida de calidad de vida, las urgencias abarrotadas, colmatadas de impaciencias y de infinitos problemas, las listas de espera que se hacen insufribles en muchas ocasiones, el sufrimiento resignado de una población que teme quedarse enferma porque no sabe cuándo la atenderán, los presupuestos que han ido menguando progresivamente en esta materia desde 2008, el hecho vergonzoso de que estemos en la cola del país…, ayer, como digo, los padres de nuestra pobre patria, no se les ocurrió otra cosa que dedicar una sesión a cazar, capturar, denigrar, al único consejero que ha logrado que la lista de espera baje en un 16% en los últimos diez años, siendo este el mejor dato de una secuencia histórica de 15 años.

En vez de ayudarle, colaborar con la parte pública para que los datos mejoren todavía más, poner el conocimiento que algunos tienen sobre la materia en pos de los intereses de la ciudadanía, lo que hicieron fue convertir el Parlamento en un gallinero, en una sesión de filibusterismo, en una especie de cloaca infecta y contaminada, para que quedase bien claro que lo importante no era que bajase la lista de espera, o que la tendencia siguiera el mismo camino, lo importante era encanallecer y perturbar el medio ambiente sanitario para que ni el consejero ni el partido que lo propuso, CC, pudiesen llevarse el más mínimo logro para la próxima campaña electoral.

Si el consejero lo logró fue porque contrató más con los hospitales privados; si lo logró fue porque se ayudó, sobre todo, de la colaboración de los hospitales donde trabajó, Hospitales San Roque; si lo logró no tiene demasiado mérito pues eso, sí, lo podría haber hecho cualquiera. Eso fue todo lo que dijo la Oposición en el día de ayer.

Este es el argumentario defendido como lo haría una verdulera por la señora Patricia Hernández, portavoz ayer del Partido Socialista, principal palanca de este desvarío. El PSOE tiene una portavoz oficial en ese Parlamento, la señora Loli Corujo; sin embargo para el asunto sanitario la voz de este partido es la de Hernández, demostrándose en una parcela más, la excelsa debilidad de Ángel Víctor Torres, absolutamente consciente de que el ataque a una empresa privada, caprichoso y carente de base, no tiene un pase. Y esto lo significamos porque Torres dice esto mismo en privado, descalificando a la señora Hernández, teniendo muy claro que su desprestigio arrastra por el desprestigio socialista. Es inconcebible que un partido serio, expulsado del Gobierno por distintas incompatibilidades con el gabinete presidido por Fernando Clavijo, entre ellas por la política sanitaria del ex consejero Jesús Morera, elegido a dedo por Hernández, empeñado en convertir la sanidad pública en absolutamente pública, es decir, sin mantener convenio alguno con ninguna empresa privada, meta imposible, ilusa, estúpida, narcisista, propia de un infante, lo que hubiera llevado consigo, en caso de concretarse, a encarecer todavía más la sanidad pública, posiblemente hasta límites de asfixia económica, y a un colapso final que la pondría en quiebra. Los planes enloquecidos de Morera y de Hernández, dos personas que no tienen la menor idea de lo que es la gestión pública, hubiese llevado a la sanidad pública a su desaparición y a dejarla en manos, precisamente, de empresas privadas.

Que estos dos luceros sean los que marquen las políticas socialistas dice bien a las claras lo que es el PSOE de hoy, en poder de anarquistas y mequetrefes caóticos que utilizan las redes para buscar complicidades de gente a la que les encanta el insulto y la difamación, y que huyen de cualquier esfuerzo intelectual para profundizar en la naturaleza real de los datos.

Que estos agnósticos de la ciencia cuenten con el apoyo de Podemos -otros que no se enteran de casi nada y que, con algunas excepciones, les queda bien ancho la responsabilidad parlamentaria- y, en la sombra, del que fuese antiguo director del Servicio Canario de Salud, Román Rodríguez, un personaje pleistocénico y oscuro, cuya evolución política es la de oportunista resentido, incapaz de superar, como le sucede a Patricia Hernández, las heridas psicológicas que les procuró sus sendas derrotas ante Coalición Canarias, ambos desalojados del poder por conspirar contra el Gobierno, y por su falta de pericia profesional (el pasado les une, el odio les une, el fracaso les une), es hasta normal conociendo como conocemos el transitar de la rueda de la política en el Archipiélago. Pero manda narices que aquellos que a todas horas proclaman ser defensores de lo público sean los que tengan menos interés porque lo público funcione de verdad y sea operativo.

En cuanto a la “locura transitoria” de Román Rodríguez podemos hasta entenderla. En la mañana de hoy está previsto que el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, tenga una audiencia privada con una personalidad que desea conocer desde hace mucho tiempo: nada menos que el presidente del partido que lo ubicó en el poder cabildicio, Román Rodríguez. Tal como lo oyen ustedes. Ayer, en nota pública, el Cabido hizo público que Morales recibiría a Román Rodríguez para que le explicara las enmiendas presentadas en el Parlamento Nacional para los presupuestos nacionales. Para que quede bien claro una vez más quién es el rey y quién es el vasallo en esta película. Para que quede bien claro quién es el que manda y quién el que recibe órdenes… Estas cosas rompen el cerebro del más pintado. Así no es de extrañar la desesperación de Rodríguez sacando cabeza donde sea, como un actor de raza interpretando varios papeles a la vez para que el personal no se dé cuenta de que en estos momentos el presidente de Nueva Canarias es lo mismo que un funcionario, pluriempleado, al servicio del egomaníaco de Morales y del líder de los mapuches y polisarios, Carmelo Ramírez.

Imagínense la reunión entre dos compañeros de partido:

– “¿Qué tal, Román? Hace tiempo que no te veía.”

-“Yo bien, Antonio, la verdad es que te agradezco mucho esta audiencia, porque me das la oportunidad de explicarte lo que pretende nuestro glorioso partido con estas enmiendas en los presupuestos nacionales. Tienes que tener en cuenta, Antonio, que si hablamos con la derecha es por una cuestión de operatividad, a mí me repugnan igual que tú; de hecho, cuando llego a casa, siempre me ducho después de estar con Rajoy. Hoy el PP, Antonio, es un agujero, un agujero negro que se traga toda la porquería. Son corruptos, Antonio, corruptos, no como tú y como yo”.

– “Te he mandado llamar, Román, porque es bueno una foto de los dos en este momento histórico. Tú negociando con Madrid los presupuestos, pero yo detrás de ti, empujándote, animándote, aconsejándote, en un marco de unidad y de asentimiento, todos a una por Canarias. Porque yo, Román, tengo más enemigos que tú. El otro día hice la lista y se me petó el ordenador. Tuve que comprar un ordenador nuevo, con muchas mas gigas, para que cupieran todos los enemigos que tengo. Aquí y en el resto de las islas. Es una lista infinita, que no termina nunca. Y esto, Román, es injusto; ya me conoces, soy lo que soy, alguien que persigue lo mismo que tú: un mundo mejor, y un pesebre bien financiado desde lo público, como debe ser. Y esa foto, como te digo, es fantástica, porque a mí me da consideración regional, aquellos que me acusan de insularista verán que también me preocupo por Canarias. ¿Tú sabes, Román, que cuando yo me acuesto por las noches y no puedo dormir ya he dejado de contar ovejitas porque no me aburren nada, y lo que ahora cuento son grancanarios. Me digo “un grancanario, dos grancanarios, tres grancanarios…, cuando llego a cien el sueño me vence y me deja k.0. Me paso toda la noche soñando con nuestros maestros, Lenin, Mao, Allende y Chavez, flotando con ellos en el Roque Nublo y con Los Gofiones cantando “Somos Costeros”. Bueno, no sigo Román, creo que voy a llorar”

-“Oye, Antonio, yo te entiendo, me complace ayudarte. Por cierto te he traído unos presentes en señal de amistad. Aquí tienes, la imagen de una figura que simula a un Polisario bañado en oro; un poco de incienso cuando tu despacho huela mal después de los arrebatos que te coges con La Provincia y con Chavanel; y un poco de mirra para que la mezcles con el potaje de berros y con los burgaos. Sólo pienso en ti, Antonio”.

-“Gracias, Román, ahora póstrate, junta las manos, y di para que todo el mundo te oiga: “Viva Agüimes y el Mercado de Abasto.”

Algo así. Es ridículo, ya lo sabemos. Son patéticos estos humanos.

Sobre la sanidad pública y privada. Daremos algunos datos en el día de hoy sobre esta polémica hueca y absurda. Pero recuerden. En Canarias tiene el 59% de las infraestructuras el sector privado, público sólo es el 40%. De las 5.000 camas públicas, el sector privado tiene 2.500. O sea, que es una potencia a considerar si se pretende bajar la lista de espera. ¿Dónde se opera más rápido? En el sector privado. ¿Dónde cuesta más una operación en el sector público o en el sector privado? El triple de más en el público.

¿Saben ustedes quién es el campeón mundial de fondos recibidos por la concertada en Canarias? Hospiten de Tenerife. El imperio de Pedro Luis Cobiella se debe a que son los reyes en Tenerife, y a que han sido parte de la financiación de la vieja ATI desde los tiempos de Hermoso. ¿Y en Gran Canaria hay un monopolio como en Tenerife? Pues no. Hay al menos cinco grandes hospitales que luchan entre sí. ¿Quién es el campeón mundial en la provincia oriental? Ahí están los datos, señora Hernández, señor Morera, señor Rodríguez, señores engañabobos: históricamente el Hospital Perpetuo Socorro es el que más ha recibido, con una cota insuperable hasta ahora, de más de 12 millones de euros en el año 2010, periodo de Mercedes Roldós. ¿Y quién es el segundo, San Roque tal vez? Pues tampoco: el segundo es la Clínica Santa Catalina, y el tercero es la Clínica Cajal. Sí, lo que están oyendo. Y en cuarto lugar está San Roque en dura pugna últimamente con ICOT.

Lo cierto de esta historia es que el hospital de San Roque ha sido perseguido y combatido por el Gobierno de Canarias desde que la autonomía es autonomía. Combatido por la fuerza colosal de Hospiten y prueba de ello es el concurso por el hospital del Sur, donde Adán Martín hizo lobby para favorecer a Cobiella, y combatido desde Gran Canaria fundamentalmente por el Perpetuo Socorro. ¿Por qué nadie dijo nada cuando Brígida Mendoza fue nombrada Consejera de Sanidad? ¿De dónde procedía la señora Mendoza? Pues procedía del Perpetuo Socorro…, pero ¿ustedes oyeron, leyeron, alguna información poniendo a caer de un burro a Brígida Mendoza porque favoreciera al Perpetuo Socorro, o porque procediera de su seno?… Nada en absoluto, pese a que en su periodo el hospital que más facturó, a diferencia de los demás, fue el Perpetuo Socorro en el ámbito grancanario. Y, por supuesto, Hospiten en el tinerfeño. ¿Y dónde trabaja ahora Brígida Mendoza? Pues en el Perpetuo, evidentemente. ¿Esas no son puertas giratorias o solamente existen para Baltar aunque no se sepa todavía si Baltar regresará a la privada o no, o a San Roque?

¿Se dan cuenta ustedes de lo estéril de la discusión de nuestros políticos? El año pasado el consejero Baltar puso un plan para que bajasen las listas de espera. El plan funcionó. Y por vez primera en la historia le dio trabajo a San Roque en los últimos tres meses del año, cosa que no había sucedido nunca. Ahí está toda la investigación de la hipócrita Patricia Hernández y del genuflexo Román Rodríguez. Los demás obtuvieron lo mismo de siempre, y San Roque empezó a formar parte de idéntico corpus durante tres meses. ¿Saben ustedes cuál es el margen de beneficios en la privada cuando está concertada? Un 1,5%. No es un 5%, que es el margen de beneficios de cualquier negocio tradicional. Ni un 10%, que es el margen, por ejemplo, de la televisión autonómica. Un 1,5% es prácticamente lo comido por lo servido. Pero es útil, evidentemente: son enfermos que entran y salen, y eso conlleva un polo de atracción para que aterricen los clientes que verdaderamente importan: los que acuden únicamente a los hospitales privados porque los públicos no funcionan como debieran.

¿Quiénes se benefician con este intento de bloqueo al consejero Baltar, intento de petrificarlo, acobardarlo, convertirlo en una estatua de sal? Les interesa a sus competidores. La rabia, la indignación, el deseo de venganza mueve a una persona simple como Patricia Hernández, cuyo respeto por lo público ya lo presenciamos cuando fue Vicepresidenta del Ejecutivo: pese a tener casa en Tenerife, vivió en el bunker su recién maternidad con todos los gastos pagados por nosotros. Pero de su resentimiento se aprovechan los mercaderes. Y de eso sí que sabe y mucho el auténtico marionetista de esta obra, el que hoy se pondrá de rodillas ante ese pomposo filibustero que es Morales.