Lo nuestro es lo suyo

María Jesús Montero reunida con Ángel Víctor Torres y Román Rodríguez en agosto de 2019 | GOBIERNO DE CANARIAS

María Jesús Montero reunida con Ángel Víctor Torres y Román Rodríguez en agosto de 2019 | GOBIERNO DE CANARIAS

La idea peninsular es siempre que Canarias vive abrazada al privilegio

Francisco J. Chavanel

La actuación del Gobierno de España cargándose el diferencial fiscal, recogido en el REF, en producciones audiovisuales es un ataque en toda regla a lo más sagrado de nuestra tierra.

El ataque ha sido de improviso. Por la espalda, sin dar la más mínima explicación, tratándonos sin consideración ni respeto.

Para hacerlo todavía más humillante, el Gobierno de Pedro Sánchez elevó la ficha financiera de 5.7 millones a 12.5 con el pretexto de “si te subo una parte, aunque esa parte no sea la que te corresponde, me lo debes agradecer”. Es el trato de las baratijas que tanto éxito tuvo en la colonización de América y al que nos someten ahora como si fuéramos miembros de una tribu de analfabetos.

La cantidad que dice la ley que nos pertenece son 18 millones para todas las islas, veinte si hablamos de La Gomera, La Palma o El Hierro. Son apoyos, estímulos para que producciones nacionales o internacionales, de carácter audiovisual, elijan Canarias como destino de sus rodajes. Para el Archipiélago supone una inyección económica importante pues genera publicidad en el exterior de nuestros valores paisajísticos, aparte de la propia inyección que supone que un rodaje, formado por una cuadrilla de entre 50 y 100 personas, consuman e interactúen en los mercados locales.

Si nos pertenecen 18 millones y, al final, por la cara, de forma unilateral, lo que nos dan son 12.5 millones, lo que se consigue es que nuestro destino sea menos competitivo y que se fomente este tipo de rodajes en otros lugares de España. Con trampas, pues se supone que el Régimen Económico y Fiscal canario solo corresponde aplicarlo en Canarias, como ya se vino haciendo históricamente desde los Reyes Católicos, como posteriormente fue usado con los denominados Puertos Francos, como alcanzó en 1974 el rango de ley, y como su contenido fue mejorado y aprobado en la ley de 2018, apenas hace tres años, con el voto favorable de todas las fuerzas políticas, incluyendo al PSOE y al PP.

Para este asunto concreto, la ley recoge un diferencial canario en relación con la Península de un 80%. Con la medida unilateral empleada por el PSOE, dicho diferencial pierde automáticamente 50 puntos. ¿A quién está beneficiando el Partido Socialista? Pues, sin duda alguna, a la Film Commision nacional que pretende que se efectúen menos rodajes en Canarias y más en otros lugares de la parte ibérica del continente, sobre todo en Andalucía, de donde es nativa la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la autora material de este saqueo.

El pasado viernes, deprisa y corriendo, varios senadores de origen canario intentaron convencer a los socialistas para que mutaran su opinión antes de la votación. Fue penoso observar a los senadores socialistas acatar la orden procedente desde arriba, tener que cumplir con su deber de lealtad, bajar la cabeza enrojecidos de vergüenza. Por toda justificación, el PSOE llegó a comentar que, debido al “desajuste” del REF, el Gobierno ha perdido 1.8 millones de euros. Se supone que ese dinero que “ha perdido” Madrid es el que hemos ganado nosotros. 1.8 millones en medio de una crisis como no ha habido otra igual que ha dejado al Archipiélago en los huesos, con unos datos estremecedores, los peores de toda España.

Pero esos 1.8 millones deben ser como 3.000 para determinados individuos que habitan en lo audiovisual y que, a buen seguro, son votantes influyentes de los socialistas. Ya se sabe que la izquierda es quien controla la ‘culturita’ nacional a través de muchos afluentes. Y es esa izquierda intelectual y pesebrista la que reclama parte de lo suyo, a cambio de retratarse en periodos electorales, resultando que lo suyo es lo nuestro.

El Partido Socialista en Canarias queda de pena. El lunes pasado, Casimiro Curbelo defendió que en último término llegaría el Séptimo de Caballería y Ángel Víctor Torres lograría convencer a Madrid. De momento, el presidente lo ha intentando y no ha podido forzar el cambio.

Lo que queda no abre demasiadas esperanzas. El asunto se trata a inicios de semana en el Parlamento canario. Debió haber sido al revés. Primero, Madrid nos comunica sus deseos; después, nosotros los votamos; y posteriormente, lo discutimos… Tras el saqueo socialista, lo que viene ahora es saber lo que piensa el Parlamento canario (donde debiera haber un “todos a una”), y luego el Gobierno de Sánchez hará lo que le dé la gana pues la opinión canaria es preceptiva pero no vinculante… Esto debe recordarnos el trato que sufrió Canarias con los antígenos, con el plan de reactivación turística y con los migrantes: tres bofetadas de las que todavía nos estamos recuperando.

Por su parte, el presidente Torres hará lo que pueda y más. Moverá cielo y tierra como suele hacer. Pero es evidente que el Gobierno central se aprovecha de su militancia y de sus buenos propósitos que, en ningún caso, colisionan con su sentido de la lealtad a un proyecto y a un partido.

Pensemos que esto no es lo último. Si han abierto el REF en canal por 1.8 millones de euros, ¿qué es lo que no harán por cifras mayores en materias de comunicación, transportes, alimentación? ¿Está absolutamente garantizado el 75% de bonificación aérea? Habría que dudarlo. La idea peninsular es siempre la misma: Canarias vive abrazada al privilegio, hay que homogeneizarla, igualarla, para que sus derechos sean exactamente los mismos que los de un conquense. Hay que ser mezquino para pensar así a 2.000 kilómetros de distancia, de un territorio fragmentado, y de una economía que depende superlativamente de un solo negocio, pero esto es lo que tenemos que aguantar.


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