«De un hombre débil a otro desleal»

Francisco J. Chavanel

Antona: un año después por la puerta de atrás

Un año después, tras múltiples tumbos, tortazos, mezclar su cara con pasteles de chocolate como los payasos de la tele…, un año después vuelve Asier Antona a entrar en el Gobierno por la puerta de atrás. Hace un año lo habría hecho como socio primus interpares, como alguien que se aposenta en la Vicepresidencia, que sostiene con su pulgar a unos doscientos afiliados conservadores, alguien que pudo presumir de tener a tres consejeros para mandarlos por las esquinas de las Islas a predicar la buena nueva de un PP con ganas de eliminar a CC del Ejecutivo en los comicios de 2019.

Pero no sabemos exactamente a quién le hizo caso, si a su propia conciencia, si a la conciencia de Videoreport y a sus consejos espurios para chantajear a Clavijo con los 144 millones del concurso de la TVA, si a compañeras pangrancanaristas, tipo Australia Navarro y Mercedes Roldós, que compartían con él su aversión a CC, estando como estaban muy bien colocaditas y sin necesitad de trabajar en otros menesteres, si a todo en general o en particular, en un totum revolutum que lo manejó y lo sacó de la calle central para meterlo directamente en la de la amargura.

Desde entonces la figura “egregia” de Antona en vez de subir ha sufrido de lo lindo. Tan seguro que estaba de que apartarse de Clavijo significaba elevarlo hacia “la gran esperanza blanca del Archipiélago” que ahora vuelve a sus brazos, asumiendo sus deseos, sus instintos, haciéndolos suyos, colaborando en el equilibrio del Gobierno, él que tanto puso de su parte para agrietarlo con una censura que Madrid prohibió, él que tanto hizo con Román Rodríguez en calidad, ambos, de intermediarios de intereses privados.

No creo que se me pueda acusar de oportunista respecto a Antona. Le dije hace un año que acertaría introduciéndose en el Ejecutivo. Que le daría visibilidad, poder y capacidad de actuación suficiente para que fuese conocido el que hasta entonces era un tremendo ignorado.

Hoy lo conocemos todos. Lo conocemos por la denuncia judicial que presentó Enrique Hernández Bento por haber efectuado trampas, supuestamente, durante el proceso electoral interno que le otorgó la presidencia regional del PP, asunto que ni siquiera la Sala ha abordado en profundidad al entender que Bento perdió cualquier posibilidad de recurrir en el momento en que se borró como afiliado… (Digo yo que la Justicia pierde el tiempo porque quiere: ¿no podían decir eso mismo en un auto en el preciso momento en que Hernández Bento presentó su recurso? Pues no: hubo de celebrarse el juicio y, al final, todo lo que allí se dijo, todas las pruebas que se presentaron, todos los argumentos a favor de demostrar que hubo enjuague por parte de Antona, quedan en nada pues Hernández Bento no tenía derecho legal. Luego se quejan cuando se le significa que determinados jueces realizan su trabajo de manera discutible).
 

Torres elige a Morales de pareja de baile y el PSOE es una guerra

Pero también hemos conocido de Antona que tenía un título de Postgrado que no le pertenecía, ya que nunca hizo el examen definitivo. Y también que nació en Euskadi, magnífico lugar, que no tiene nada que ver con La Palma, isla de la que él se siente, ocultando la procedencia de su padre y de su madre, ambos con cuna en la Península, tal vez por temor a ser excluido por una sociedad palmera “sectaria” y que exige el RH, que es lo que precisamente pasa en el País Vasco y no en la “isla bonita”; o tal vez por el deseo de camuflarse y mimetizarse con el terreno para que nadie le preguntase sobre su origen cosa que, por ejemplo, a Julio Bonis, o a Lorenzo Olarte, les importaba un pimiento. Como a muchos isleños.

Este chico acomplejado, en terminología usada por el ministro Montoro para el “caso Cifuentes”, no va a dimitir, ni nadie, parece, se lo va a pedir. Pero no dice verdad ni le interesa demasiado. Agarrado a Maíllo y a las faldas de Roldós cuenta aquello que a la gente le gusta oír, según el momento y el lugar, y la persona. Tampoco parece posible que alguien le saque un vídeo delator como le ocurrió a la mentirosa que presidía la Asamblea de Madrid. Resultado: Antona no es fiable.

No es fiable ni siquiera para el Clavijo actual al que le queda un año de legislatura en una incómoda minoría: de seguro hubiese aplaudido a un Ángel Víctor Torres con más personalidad de la que ahora evidencia. Torres fracasó ante los suyos permitiendo dos fugas de votos en las viejas guerras de la TVA. Su mágica debilidad le impidió abrir una investigación, encontrar al culpable que le arruinó su pacto con el Gobierno; quizá uno de los suyos le haya impedido ser el candidato socialista a las venideras elecciones autonómicas.

Su entreguismo a Antonio Morales raya la alucinación. Fortalece a Nueva Canarias, enflaquece al PSOE. Lo defiende hasta en cuestiones básicas para los socialistas: el gas ciudad; ahora “no” porque don Antonio se enfada, aunque ese mismo gas sea trinchera desde la organización para la isla de Tenerife; lo defiende incluso cuando Morales comete la osadía de “regalarle” un empleo a su vecino de la calle Venezuela en Agüimes, Vicente Bartolomé, condenado en seis ocasiones distintas a 38 años de inhabilitación y a dos años de cárcel que tiene que cumplir en próximas fechas. El “honrado” funcionario, pareja de la tesorera del Ayuntamiento de Agüimes, María del Pino Méndez Perera, autora, con Morales, de las trampas detectadas por la Audiencia de Cuentas durante el ejercicio 2013 en el municipio del Sureste, fue enchufado en el área de Recursos Humanos, de dependencia socialista. Asentimiento general. Silencio. Lo que tú digas, Antonio. ¿Tránsfugas? Por supuesto, don Antonio, que tragamos. ¿Bandera del Frente Polisario? Póngala ahí, don Antonio, que la besamos. ¿Un delincuente en casa? Menuda tontería, don Antonio, si es de los nuestros…

Detrás de Torres está la estrategia del secretario insular de Gran Canaria, Chano Franquis: mantengamos todo el poder con todos y a cualquier precio. Eso significa decir sí a Antonio Morales y sí a Clavijo. Alfa y omega, el yin y el yang. En el affaire de la TVA no fue posible y ahí empezaron las infidelidades, y la escasa seguridad socialista para garantizar una legislatura autonómica en condiciones. Franquis y Torres se pueden dar por satisfechos si siguen manteniendo su actual poder en los cabildos de Fuerteventura, La Palma y Tenerife… La legislatura la iniciaron con cuatro cabildos (falta Lanzarote) y con presencia nada testimonial en el Gobierno. Han sido expulsados de los dos sitios por su falta de lealtad. Justamente la lealtad que presenta Antona como aval para sustituir a los socialistas en el corazón de Clavijo. Se adivina una guerra santa en el PSOE por la cabezonería de los que únicamente se conforman con el Todo. Puede que intentando el Todo se queden en Nada.
 

La gran pérdida de Ibarra y su origen en la ‘moción’ de confianza a Augusto Hidalgo

Imagino que al PSOE grancanario no le da lo mismo haber perdido el Puerto de Las Palmas capital o mantenerlo. Si no que se lo digan a Augusto Brito que algo sabe de negocios fronterizos, colaboraciones íntimas, financiación del amor al poder. Sin embargo, siendo un emplazamiento estratégico en todos los sentidos han permitido que el PP les tomase la delantera argumentando una concepción moral cuando la moral huye de ellos en el siniestro caso de “don Antonio”.

Hubo una mañana en que todos nos enteramos de cómo Asier Antona metió la gamba. Lo cierto es que le “vendió” a Videoreport/Canarias7 la exclusiva de la entrada de Juanjo Cardona en la Autoridad Portuaria de Las Palmas en pacto cerrado con CC, una vez que el PSOE no le pudo entregar a la formación nacionalista el voto que necesitaba para ampliar el Consejo Rector de la TVA. El PSOE se sintió engañado con toda la razón del mundo. Por detrás, CC, visiblemente preocupada por su gobierno en solitario, le había echado el cable al PP, aprovechando la presencia en las Islas de Mariano Rajoy en el pasado mes de febrero.

La conversación de Antona con Canarias7 desveló el nuevo gobierno que existiría y el desplazamiento del PSOE. Torres dijo que esperaba de CC una disculpa que nunca llegó y anunció que la caída de Luis Ibarra sería la ruptura definitiva con los nacionalistas, amenaza asombrosa en quien no facilita las tareas de gobernación. A lo largo de este último mes y medio el PSOE se ha tirado al monte en el Parlamento. En vez de buscar una solución para Ibarra, aislando a Antona por su falta de credibilidad, todavía más contundentemente clarificada con el escándalo de su título o de su origen natalicio, se dedicaron a votar en contra iniciativas de Coalición Canaria, con razón o sin razón, como lo haría un desesperado sin cabeza, e iniciar una campaña enloquecida contra el consejero de Sanidad, José Manuel Baltar, preñada de odio y de arteras manipulaciones por parte de Patricia Hernández, Jesús Morera, y Teresa Morales, los que saltaron del Ejecutivo expulsados por Clavijo hace dieciséis meses por su incompetencia. O sea, la demostración impepinable de que el partido está hecho unos zorros, de que no lo gobierna nadie, de que Torres no manda ni donde quiere: un caos.

Lo que ocurrió fue tan obvio como esto: cuando se hizo visible un pacto entre CC y PP, varios y relevantes nombres de la alineación socialista se movieron todo lo que pudieron para que los puentes entre Torres y Clavijo quedasen dinamitados. Lo peor del caso es que en esta estrategia los socialistas rebeldes no estuvieron solos: contaron con el aliento de Nueva Canarias para resolver a su vez los problemas de estabilidad de Antonio Morales en el Cabildo de Gran Canaria.

Evidentemente Ibarra cae por la debilidad interna de Torres, debilidad todavía no tan intensa en Antona, al que Madrid y, sobre todo, Roldós y su equipo, sigue preservando. Clavijo prefiere a un señor desleal y deslenguado para llegar al final antes que un líder cuyos afectos van menguando poderosa y progresivamente dentro del Partido Socialista. Por si no se acuerdan todo el drama comenzó con la “moción de confianza” a Augusto Hidalgo que, sin interpretarlo correctamente todavía, perdieron los “ganadores” por siete votos. Ahí está el inicio de la caída de Ibarra, por otra parte un excelente profesional y uno de los mejores presidentes que ha tenido el puerto de Las Palmas. Probablemente también sea el principio de la caída de Torres o, al menos, de la idea de un PSOE controlado en el Archipiélago desde Gran Canaria.