La incompetencia del Cabildo de Gran Canaria y de los poderes públicos en general han sido los culpables de los dos últimos incendios forestables que han arrasado la isla de Gran Canaria este mes de agosto. Grandes incendios que eran fáciles de preveer pero que no se hizo nada. Sólo los medios aéreos que llegaron desde la Península aliviaron la situación mientras que ahora se aprueba una partida de 20 millones de euros para acallar las voces críticas que piden explicaciones ante este desastre.
Se han barajado varias justificaciones como el cambio climático, el azar, los errores humanos, la suerte de que no hubiesen víctimas humanas, que la cosa no fue para tanto; argumentan estos disparates para no reconocer una gestión absolutamente incompetente que ha llevado a esta isla a sufrir el mayor desastre ecológico de su historia. El Cabildo tendrá que seguir gestionando este desastre y poner las medidas para evitarlos en el futuro.