«El silencio»

Buenos días a todos y todas. Y bienvenidos a la confirmación del Black Fraude, el fraude negro que les venimos contando desde hace tres días.

El Espejo Canario está en condiciones de afirmar que Isidro Artemi Morera Molina ha ejercido y ejerce labores propias de radiofísico hospitalario en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín, sin estar en posesión del título que lo habilita para desempeñar estas funciones. Les recordamos que Artemi Morera es hermano del actual gerente de este recinto hospitalario, Jesús Morera, quien fuera consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias, diputado socialista en el Parlamento de Canarias y quien formaba parte del cuerpo médico del centro cuando su hermano fue contratado en el año 2006. Así nos lo ha confirmado en la tarde de ayer su jefe directo, el Jefe de Servicio de Radiofísica Hospitalaria del citado recinto hospitalario, Eugenio Ruiz Egea. En el programa de hoy tendrán cumplida información de los detalles.

Es atronador el silencio que envuelve esta polémica que les llevamos contando desde el pasado martes. Pero es indiscutible el enorme significado que puede tener el silencio en determinados casos. El silencio de este caso nos habla sobretodo del terror que emana de determinados poderes políticos. Nos habla también de los que callan a la caliente sombra del líder, de los que enmudecen porque tienen sus propios pecados que ocultar, de los que no tienen voz porque la cobardía les invita a mirar a otro lado.

Y en ese silencio hay protagonistas de todos los colores políticos y de todos los staff sanitarios. Los que lo impulsan, los que lo posibilitan, los que lo encubren, los que le dan apariencia de legalidad o normalidad, y también los que callan. Un fraude de esta envergadura, que se logra mantener oculto durante más de diez años, no tiene un único responsable. Y el mutismo se mantendrá incluso más allá de que la falacia haya sido desvelada.

No, la verdad no siempre se abre camino, porque a los que tienen el poder no les interesa, no la buscan, no les beneficia y sobre todo, les perjudica. Y a los que no tienen poder, pero conocen la verdad, proclamarla sólo puede llevarlos al abismo.

Entre los que callan hay un nutrido grupo a los que no les podemos exigir la valentía de sacar la verdad a la luz, porque el precio que hay que pagar por ese gesto heroico es muy alto. Carreras profesionales, vidas personales que se irán al traste víctimas de las represalias. Y no quieren sufrir en sus propias carnes el devenir de aquellos que se enfrentaron por mucho menos y finalmente optaron por quitarse de en medio. Las ejecuciones en las plazas públicas siempre han sido muy eficaces para sembrar el terror y cerrar las bocas. ¿Dónde están ahora todos aquellos que se han atrevido a dar un paso adelante y denunciar la corrupción? No es país para héroes, salvo que pilotes un avión que lucha contra el fuego en la cumbre de Gran Canaria ¿El que calla otorga? No necesariamente.

También es muy significativo el silencio de otros medios de comunicación que han llenado páginas con falsos másteres, tesis doctorales de copia y pega, títulos de derecho falsificados, proyectos de arquitectura sin respaldo profesional… Podemos masacrar al concejal socialista de Ingenio que hacía reconocimientos médicos para el carnet de conducir sin ser médico… Pero si el fraude circunscribe a un alto poder cercano, mejor callamos. Más silencio cobarde.

Nos tienen completamente engañados. Nos han vendido el humo de una transparencia que no existe, que no está. No la esperen. Sólo silencio. Nos venden una transparencia vestida con rango de ley y adornada de accesibilidad, pero que en la práctica en un sin fin de obstáculos, cortapisas, impedimentos que nos mantienen entretenidos mientras el poder sigue haciendo y deshaciendo a sus anchas.

Es una vergüenza que la administración pública dé la callada por respuesta a través de sus registros oficiales y de sus gabinetes de prensa, ante la demanda de información de quienes profesionalmente garantizan el Derecho a la Información de los ciudadanos. Para ellos ese derecho constitucional no existe, tampoco el que garantiza la Libertad de Expresión y Opinión. Los han mutilado de sus principios democráticos.

Señor Jesús Morera, gerente del Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín, insobornable defensor de la Sanidad Pública, y quien presumiblemente ha dado la orden a la jefa de prensa del hospital y a los responsables de la Consejería, para que nos den el silencio por respuesta: el Hospital no es suyo, la administración no es suya, ni siquiera la silla de su despacho es suya. Usted se cree omnipotente, pero no lo es, no lo será nunca. Está donde está de prestado, donde estuvieron otros muchos antes que usted, y donde estarán otros muchos cuando usted se vaya, o lo echen, como ya le pasó antes. Debería centrarse en dejar un mejor recuerdo del que ha cosechado hasta ahora.

Se equivocan, y mucho, los que creen que detrás de todo ésto está la política. Porque solo hay que intentar escarbar un poco, como hemos hecho nosotros, para entender que a nadie de la política le interesa que esta basura se conozca. Porque cuando la mierda se tapa durante tantos años hay responsables de todas las formas y todos los colores que no han hecho nada por sacarla a la calle, abrir las ventanas y desinfectar con lejía.