➤ «Estas polémicas de provinciano, a estas alturas de la película, no lo termino de ver» ➤ «Lo que realmente hay que propiciar es que haya cada vez más capital canario en las empresas» ➤ «Tenemos que poner las luces largas y comenzar a trabajar en el largo plazo»
La Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife observa con preocupación que Canarias ha vivido un ciclo de ingresos, de crecimiento turístico y de disponibilidad de fondos europeos que no se ha traducido en las transformaciones de fondo que la economía del archipiélago necesita. Su presidente, Santiago Sesé, lo expresa así: «lo que hemos dicho es que se estamos perdiendo oportunidades», una frase que resume su llamamiento a las administraciones y a los partidos «para que la política se quede a un lado» cuando se trata de infraestructuras, planificación y energía. Al mismo tiempo, se desmarca de las lecturas insularistas sobre la entrada de capital de Gran Canaria en empresas estratégicas: insiste en que «hay que ponerlo en valor» siempre que sea capital canario y que lo verdaderamente importante es que las compañías «puedan crecer, diversificarse e internacionalizarse».
Capital canario sí, pero sin pleitos
Sesé parte de una idea de base: que es una «muy buena noticia» que entre capital canario en empresas estratégicas, con independencia de la isla de procedencia. «Lo que realmente hay que propiciar es que haya cada vez más capital canario», afirma, porque eso permite influir en los consejos de administración y conocer mejor la realidad de las islas.
Recuerda que las cámaras defienden «el interés general, el libre mercado y, por supuesto, que las empresas sean también libres en momentos determinados en hacer ampliaciones de capital y buscar socios», de modo que no ve «problema alguno» en operaciones como la de Canaragua o la de Baleària. Lo deseable, añade, es que haya proyectos comunes, músculo y una cultura empresarial que piense en crecer y no en encerrarse en disputas locales.
«En los sectores estratégicos, el que entre capital canario, con independencia de que realmente pueda ser de Tenerife, que pueda ser de Fuerteventura o que pueda ser de La Palma, yo creo que efectivamente es una buena noticia».
Frente al argumento de que en etapas anteriores se buscó un equilibrio 50/50 entre las dos provincias –como ocurrió con Binter o con Gascan–, el presidente de la Cámara sostiene que «los momentos no son todos los mismos» y que hoy la prioridad es no perder inversiones ni capacidad de decisión. «Estas polémicas de provinciano, a estas alturas de la película, cuando estamos en el siglo XXI, pues no lo termino de ver», zanja. A su juicio, Canarias «está construida sobre el equilibrio» y ese principio sigue siendo válido, pero no puede utilizarse para cuestionar operaciones empresariales normales en un mercado abierto.
Llamamiento a planificar con «las luces largas»
La crítica más política de Sesé aparece cuando enlaza el buen momento del turismo con la incapacidad para convertirlo en reformas duraderas. «Hemos visto cómo ha venido creciendo concretamente el sector turístico desde el año 2021. No hemos hecho nada más que crecer», señala. Ese crecimiento ha actuado de locomotora y ha tirado de otros sectores, «hemos tenido muchísimo dinero de Europa», pero no se ha aprovechado «convenientemente con el fin que realmente tenían». Por eso insiste: «tenemos que poner las luces largas, tenemos que trabajar en el largo y en el medio plazo».
El presidente de la Cámara reclama pactos entre los partidos «que son partidos de gobierno» para que infraestructuras que duran 12, 14 o 15 años no queden atrapadas en cambios de ciclo político. «No sabemos quién las empieza, pero no sabemos quién las acaba», resume. Y recuerda que desde la institución han pedido incluso que Canarias tenga representación en AENA porque «podríamos verdaderamente influir positivamente porque Canarias tiene particularidades y creo que es bueno que se esté efectivamente ahí». Es, dice, una forma concreta de que las islas hagan valer su posición en sectores estratégicos.
Energía: una transición realista
Cuando se le pide un ejemplo de oportunidad perdida, Sesé entra de lleno en el terreno energético. «¿A usted le parece que es razonable que estemos quemando en las centrales de generación, de electricidad, tanto en Gran Canaria como en Tenerife, en el siglo XXI, fuel oil a todo pasto, cuando realmente podríamos tener la posibilidad del gas?» plantea.
Recuerda que las centrales de ciclo combinado «están preparadas» para el cambio y que un suministro de gas reduciría «en torno a un 40% o menos» las emisiones y abarataría el combustible. No lo plantea como una renuncia a las renovables –«cuanto más podamos tener de renovable, muchísimo más»– sino como una «energía de transición» mientras las islas avanzan hacia un modelo más limpio.
«¿Cuál es el problema para que en el puerto de Granadilla, donde no tiene núcleo de población, donde es un puerto industrial, donde tiene la central dentro del puerto, cuál es el problema para poner una regasificadora?», se pregunta.
Sesé evita entrar en la polémica sobre la ubicación de una regasificadora en Gran Canaria, pero subraya que en Tenerife hay una alternativa clara –Granadilla– que no se está materializando y que permitiría además distribuir gas al resto del archipiélago «en vez de estarlo trayendo de Huelva». La impresión que transmite es que las trabas no son técnicas, sino de decisión y de priorización. «Esa es la inquietud que vamos teniendo desde la Cámara», reconoce.
Superar el pleito insular y mirar a la competencia global
El presidente de la Cámara acaba enlazando todos los hilos del debate –capital canario, equilibrio entre provincias, infraestructuras y energía– en una conclusión: no tiene sentido que Canarias «esté perdiendo el tiempo» en viejas querellas cuando compite en un mercado abierto y cuando hay inversores de fuera dispuestos a apostar por empresas locales. «No podemos estar perdiendo el tiempo en esto. Yo creo que tenemos muchos problemas como para estar perdiendo el tiempo en este tipo de pequeñeces», afirma. Y vuelve al principio: que entren inversores externos si fortalecen a las empresas es positivo; que entren además empresarios canarios, de una provincia u otra, es todavía mejor; y que las administraciones se coordinen para que el dinero y el crecimiento se conviertan en obras, energía y competitividad, es lo que falta.