La alcaldesa afirma que su municipio vive «una situación insostenible» por el impacto del complejo ambiental que recibe cada año unas 700.000 toneladas de residuos procedentes de toda la isla.
La alcaldesa de Arico, Olivia Delgado, afirma que su municipio vive «una situación insostenible» por el impacto del complejo ambiental que recibe cada año unas 700.000 toneladas de residuos procedentes de toda la isla. «En Arico huele mal, y no es una percepción: los ciudadanos conviven a diario con olores insoportables, plagas, degradación ambiental y riesgos para la salud», asegura.
Delgado, que gobierna en coalición entre el PSOE y el PP, subraya que el Ayuntamiento apenas recibe compensación por albergar el vertedero insular. «Percibimos solo 1,46 euros por cada tonelada de residuos que se entierra. De los 877.000 euros que el Cabildo nos abonará en 2024, 426.000 debemos devolverlos para gestionar nuestros propios residuos», lamenta.
Falta de control y desviaciones graves
La regidora denuncia que la planta no cumple con las obligaciones ambientales exigidas. «No lo digo yo, lo dicen las inspecciones reglamentarias del Gobierno de Canarias, que detectaron ocho desviaciones graves, cuatro de ellas de muy alta relevancia, y que todavía no han sido subsanadas», advierte. A su juicio, la gestión actual «pertenece más al siglo pasado que al presente» y «condena la supervivencia económica y ambiental de Tenerife».
Un modelo energético desequilibrado
Delgado también critica el despliegue desordenado de infraestructuras energéticas en el municipio. «A los 3,2 millones de metros cuadrados ocupados con residuos se suman más de una veintena de parques eólicos y fotovoltaicos que arrasan suelo agrícola y generan un fuerte impacto ambiental», señala.
Transición energética con justicia social
La alcaldesa defiende que la transición hacia las energías renovables no puede convertirse «en una carrera a cualquier precio», sino que debe regirse por criterios de «ordenación territorial, justicia social y participación ciudadana». Según explica, el actual modelo «está en manos de grandes multinacionales» y «no deja beneficios proporcionales en el territorio que soporta las consecuencias».
Un municipio con potencial y esperanza
Pese a las dificultades, Delgado se muestra optimista. «Arico tiene un enorme potencial agrícola, cultural y turístico, pero necesita un trato justo y sostenible», afirma. Su propósito —añade— es «aliviar la sensación de abandono» de sus vecinos y «demostrar que el municipio puede desarrollarse sin cargar con el peso de los residuos de toda la isla».