El exconcejal de Vox en Puerto del Rosario asegura que ha renunciado a los 14.000 que le quedan por cobrar.
Miguel Felipe Rastrero, exconcejal de Vox en Puerto del Rosario, sostiene que abandonó la formación tras sufrir presiones, órdenes cerradas y exigencias económicas que, dice, chocan con su compromiso de renunciar a las asignaciones municipales. Asegura que le advierten «por escrito» de un expediente de expulsión si no integra ese dinero en el partido y denuncia prácticas de «acoso» contra la exedil de Vox en Las Palmas de Gran Canaria, Clotilde Sánchez.
Presiones y ausencia de autonomía
Rastrero describe su etapa en Vox como un periodo con «capacidad de maniobra cero», en el que —afirma— le trasladan iniciativas que «daban hasta vergüenza presentarlas» en el pleno. Sostiene que los dirigentes en Canarias «presionan a la gente hasta llevarla a un punto de desesperación absoluta». Recalca que ya no es concejal y que en febrero abandonó la política activa. «Para mí es sagrado lo que significa un pleno municipal», subraya.
El dinero de las asignaciones
El exedil expone que ha donado las dietas por asistencia a plenos y que ha devuelto al Ayuntamiento las cantidades percibidas por asignaciones de grupo. Detalla: «He devuelto 11.000 y, como me quedan por cobrar en la legislatura 14.000, he renunciado a ellos; no quiero cobrarlos». Defiende que fue «un compromiso público» y que «no quiere costarle un solo euro» a los vecinos de Puerto del Rosario.
«Si no lo integras en el partido, expediente»
Según su relato, cuando planteó devolver las asignaciones, desde Vox le exigieron «buscar una manera para integrarlo al partido» y le adviertieron «por escrito» de que, si no lo hace, le abrirían un expediente de expulsión. «Eso es así, está por escrito», recalca, vinculando esas presiones a lo que califica como «afán por el dinero».
Rastrero asegura que «en Canarias es absolutamente claro»: «Nos reunían todas las semanas a todos los concejales para firmar una especie de convenio» con la estructura del partido. Tras difundirse en antena un audio de la gerente del Comité Ejecutivo Provincial de Vox en Las Palmas, Carmen Parrilla, en el que se habla de convenios para prestar «servicios de asesoramiento», el exconcejal confirma: «Yo estaba en esa reunión». Pregunta —dice— «qué servicios se van a proporcionar» y «en qué va a redundar» ese dinero para los vecinos de Puerto del Rosario.
El caso de Clotilde Sánchez
Sobre su excompañera Clotilde Sánchez, Rastrero relata que días antes de su ruptura con Vox ella le contactó «desesperada». Asegura haber visto «mensajes de auténtico acoso, acoso absoluto», «no solo como política, sino también como mujer». Defiende la trayectoria profesional de Sánchez como alta funcionaria del Cabildo y sostiene que ha sido objeto de descalificaciones que, afirma, «constituyen acoso».
Insultos y «barro»
Interpelado por los ataques personales y burlas con su apellido, el exedil admite que valora denunciar, pero descarta «entrar en su juego». «En el barro se defienden muy bien y en el barro es donde ganan votos», afirma. Reitera que quiere «ningunear» a quienes recurren a ese terreno y se reivindica «educación y respeto» como principios de actuación pública.
¿A dónde va el dinero devuelto?
Rastrero explica que intenta que las asignaciones devueltas se destinen a «fondos de emergencia social», aunque su propuesta no prospera. Precisa que el dinero pasa a «remanentes de tesorería», utilizables en «inversiones financieramente sostenibles» y «gastos de emergencia», y añade que el alcalde le traslada su intención de facilitar ese destino social.
Balance y presente
El entrevistado reivindica que llegó a Vox cuando «el partido está desmembrado» en la provincia y que contribuye a «construir la organización». Hoy, insiste, mantiene «muy buen contacto con los ciudadanos de Puerto del Rosario» y una relación institucional «correcta» incluso con concejales de otros partidos. «Yo no vivo de la política; vivo de mi trabajo», subraya. «No me gusta mentir a la gente».