«Nos quieren echar de nuestras casas para entregarlas al negocio privado»

Vecinos de Arenales en una reunión con el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria | Foto: AAVV Pamochamoso-Arenales

Vecinos de Arenales en una reunión con el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria | Foto: AAVV Pamochamoso-Arenales

Domingo Santana, presidente de la AAVV Pamochamoso de Los Arenales, alza la voz en nombre de un frente común de asociaciones vecinales que rechazan la deriva urbanística del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Domingo Santana, presidente de la Asociación de Vecinos Pamochamoso-Arenales, alza la voz en nombre de un frente común de asociaciones vecinales que rechazan la deriva urbanística del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Denuncia expropiaciones injustas, macroproyectos especulativos y abandono de los barrios.

Habla con indignación cuando se refiere al caso del barrio de Las Torres, donde el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria prevé la expropiación de 127 viviendas autoconstruidas por familias trabajadoras: «Nos quieren quitar nuestras casas de toda la vida, construidas con años de sacrificio, para dárselas a las inmobiliarias».

El proyecto forma parte de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana que, según el movimiento vecinal, pretende sustituir estas viviendas por edificios de hasta 20 plantas, con zonas verdes y equipamientos, pero promovidos por empresas privadas: «Ni siquiera podremos aspirar a comprar uno de esos pisos, porque con la compensación que nos ofrecen no llegamos a nada. Es un desarraigo brutal».

Unidad vecinal frente al modelo de ciudad

La protesta de Las Torres ha sido solo la chispa de una movilización más amplia. Más de 40 asociaciones de los cinco distritos de la ciudad se han unido para formar un frente común que cuestiona el rumbo urbanístico impuesto por el consistorio liderado por la alcaldesa Carolina Darias: «No nos hemos asociado, nos hemos reunido por necesidad ante una deriva que ignora los problemas reales de los barrios».

Santana asegura que el movimiento cuenta con el respaldo explícito de 40 asociaciones y el apoyo tácito de muchas más, que irán sumándose conforme aumente la presión sobre las zonas populares: «Esto no es solo Las Torres. Ya pasó en Guanarteme, donde los constructores compraban sin intervención pública. Pero ahora el Ayuntamiento interviene directamente y expulsa a la gente».

Un modelo de ciudad para las élites

Para Santana, los grandes proyectos municipales, como la MetroGuagua, el soterramiento del barranco Guiniguada o los planes urbanísticos en barrios vulnerables, responden a una lógica ajena a los intereses vecinales: «Todo está pensado para el negocio privado. La MetroGuagua se prometió para 2026, luego para 2030 y ahora para 2032, y el coste ha pasado de 100 a 200 millones. ¿Dónde está la mejora para los barrios?».

Acusa a la alcaldesa de gobernar con autoritarismo y desconexión: «Parece que manda como si esto fuera suyo, con un ‘ordeno y mando’ que ignora a los vecinos y sus necesidades básicas».

Barrios abandonados

Mientras proliferan los macroproyectos, las demandas esenciales siguen sin respuesta. «Las baldosas saltan, la basura se acumula, la mendicidad se ha generalizado, y cada día la ciudad está más sucia y más insegura», describe Santana. La sensación, dice, es de abandono sistemático: «Los problemas reales están delante de sus narices, pero prefieren mirar hacia otro lado».

Lamenta que la ciudad, que en otro tiempo fue referente en Canarias, esté hoy sumida en un deterioro alarmante: «Las Palmas de Gran Canaria fue una gran ciudad. Hoy es una pena decirlo, pero se ha convertido en una ciudad dejada, desigual y sin alma».

Llamada a la movilización

La AAVV Pamochamoso y el resto de colectivos implicados insisten en que no se trata de un movimiento político, sino vecinal y transversal: «Estamos defendiendo el derecho a vivir en nuestros barrios, a que no nos expulsen, a que se escuche nuestra voz».

Anuncian más protestas y una agenda de movilizaciones para exigir al Ayuntamiento que detenga las expropiaciones, frene los macroproyectos especulativos y atienda de forma real a los problemas de los barrios. «No vamos a quedarnos de brazos cruzados», sentencia Santana. «Nos quieren silenciar, pero esta vez no vamos a permitirlo».