La vicepresidenta del comité de empresa de la Dirección General de Hemodonación y Hemoterapia, Jenifer Jerez, asegura que se están suspendiendo operaciones quirúrgicas por falta de sangre.
La vicepresidenta del comité de empresa de la Dirección General de Hemodonación y Hemoterapia, Jenifer Jerez, advierte de un panorama alarmante en el sistema de donación de sangre en Canarias. «Nos estamos viendo obligados a suspender intervenciones quirúrgicas, incluso trasplantes pulmonares», afirma. Las reservas han caído hasta niveles críticos mientras los equipos profesionales, fundamentales para garantizar el servicio, se han visto diezmados por una oleada de despidos.
Desde principios de año, denuncia Jerez, se ha rescindido el contrato a más del 30 % del personal del Banco de Sangre, un golpe devastador para el funcionamiento diario del centro. «Estamos hablando de profesionales con años de experiencia, que han sido expulsados sin justificación», señala. Esta situación no solo ha frenado la actividad asistencial, sino que ha generado una gran inseguridad entre los trabajadores que siguen operativos.
Despidos sin sentido y servicios paralizados
Jerez no oculta su desconcierto ante las decisiones tomadas por el Servicio Canario de Salud. «Desde el primer día del año han comenzado a desmantelar el sistema de retribución y a despedir personal esencial. Nadie entiende la lógica de estas medidas». Según explica, el efecto directo ha sido la reducción drástica de campañas de donación, la caída en la movilización ciudadana y una parálisis progresiva de la red asistencial.
Los despidos, además, coinciden con una creciente presión asistencial en los hospitales canarios. «La falta de sangre no solo afecta a cirugías programadas, sino a situaciones de urgencia que pueden poner vidas en riesgo inmediato», alerta.
Llamada a la ciudadanía y defensa del carácter público
La representante sindical insiste en que la ciudadanía debe ser consciente del riesgo que enfrenta el sistema de hemodonación. «El Banco de Sangre es único en Canarias y debe estar completamente en manos públicas. No podemos permitir que intereses ajenos pongan en peligro un servicio esencial».
Desde el comité de empresa defienden la necesidad de una negociación urgente con el Gobierno de Canarias que permita recuperar los puestos de trabajo perdidos, estabilizar las condiciones del personal y retomar las campañas de concienciación y recogida de donaciones.
Una infraestructura vital, al borde del colapso
El mensaje es claro: sin trabajadores no hay servicio, y sin donaciones no hay sangre. Jerez concluye con una advertencia: «Si no se revierte esta situación, el Banco de Sangre de Canarias corre un riesgo real de colapsar». La sociedad, añade, debe reaccionar y exigir a sus representantes políticos la protección de un sistema sanitario que garantice la atención a toda la población.